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05/11/2024

Política aeronáutica

Gonzalo Carrasco / Miércoles, 27 Marzo 2024 - 01:00

Mucho se ha hablado, y por plumas y voces de gente que merece todo mi respeto, de que en México no se cuenta con una política aeronáutica, aunque hay algunos, pocos por fortuna, que nada tendrían que opinar porque su actuar en la aeronáutica del país ha dejado mucho que desear. Creo, con el debido respeto que me merecen mis compañeros vecinos de columna en A21 que en el país sí se cuenta con una política aeronáutica, solo basta con visitar las publicaciones electrónicas formales disponibles y ahí está definida la política aeronáutica en el país. Pero, si esto es cierto, ¿por qué en las recientes auditorías hemos sido, no solo señalados, sino castigados por la comunidad aeronáutica mundial? Esto ha sido porque nos tardamos en ocuparnos en actualizar la normatividad de nuestra aviación, cuyas razones pudieran ser la excesiva rotación de personal directivo y los paupérrimos salarios que se han pagado a los empleados. No es justificable, pero la pésima retribución salarial de los empleados aunado a la falta de probidad reinante desde hace muchos años a los mismos ha propiciado una caída en picada de la credibilidad.

Ahora bien, después de ajustar tuercas y tornillos a nuestra política aeronáutica pudiéramos presumir que contamos con marcos legales necesarios para un desarrollo sano de la industria de la aviación en México. Deberíamos reconocer que la aviación no debe basarse en acuerdos políticos realizados precisamente por estos personajes que están hechos para el trueque de los asuntos prioritarios o, supuestamente prioritarios para los países y después cacarearlos como grandes logros. Esos personajes se salen de la esfera mediática al poco tiempo, descomponen las cosas y luego nos dejan un paquetote, un entuerto que luego hay que componer, pero los que nos quedamos somos la gente de aviación y, es a nosotros, a quienes nos truenan las palomas en las manos a la hora de encenderlas porque a nosotros nos tocó solamente aventarlas a la fiesta y no alcanzamos a arrojarlas lo lejos que necesitábamos. De acuerdo, existe la famosa y multimencionada política, pero, ahora, ¿Quién es el guapo que vigile su cabal cumplimiento? La respuesta debe ser de cualquiera que sea capaz de leer esta columna y muchas otras en que se señalan los defectos y las fallas. 

Insisto y, permítaseme esto, en que contamos con menciones acerca de casi cualquier rubro en aviación, por ejemplo, líneas Aéreas, existe una normatividad clara y específica acerca de la manera en que deben actuar y comportarse, convenios alrededor de esto, acuerdos de bilateralidad con vecinos, actuar con sus pasajeros o clientes, los cuales, por cierto, cada vez ven menos canonjías de las que tenían hace tiempo, como es el hecho de tener que pagar por una maleta, estoy de acuerdo en el segundo equipaje o pagar el sobre peso, pero, bueno, así es y punto. También está clara la forma de que sus pilotos reciben capacitación y el manejo de sus licencias y documentos con los que están en consonancia con las leyes y reglamentos locales e internacionales. De igual manera sus tripulaciones de cabina deben estar al día en su documentación para poder volar y recibir los adiestramientos y capacitación en general.

Los talleres aeronáuticos, tienen reglas bien claras por medio de las cuales se les permite llevar a cabo el tan necesario mantenimiento de las aeronaves, así como la capacitación de sus técnicos quienes necesitan estar muy bien preparados para atender fallas imprevistas pero también debe de atenderse de manera muy puntual el mantenimiento preventivo y así lograr la tan ansiada y buscada seguridad aérea. No se diga del control aéreo cuya principal misión es alcanzar y coadyuvar con la seguridad aérea mediante el control correcto del tráfico aéreo. Los controladores también, como todos los PTA (personal técnico aeronáutico) deben cumplir con capacitaciones muy asiduas y puntuales y lograr la separación de los tráficos que confluyen en un determinado espacio aéreo. Bueno, las reglas también están perfectamente definidas en reglamentos y leyes locales e internacionales. 

No omito mencionar a los participantes en la aviación privada, donde también se tiene gente profesional y comprometida con la seguridad y merecen ser tratados de igual manera que los otros actores, que la verdad no es así. Ellos deben contar con las facilidades adecuadas para llevar a cabo bien su trabajo, claro está que exigirles el cumplimiento cabal de los reglamentos y leyes que, dicho sea de paso, se encuentran perfectamente establecidas. Las escuelas y centros de capacitación son otro tema pero, al menos en definición, su actuar lo tienen normado, cada vez hay más centros de capacitación, adiestramiento y formación, cuya diferencia está bien definida, tienen que ver con capacitación en centros dentro de las propias líneas, centros de capacitación independientes de las líneas aéreas y adiestramiento de sobrecargos, pilotos, técnicos, controladores de tránsito aéreo, oficiales de operaciones. Los adiestramientos son de una gran variedad, iniciales, de refresco, de recalificación, periódico y muchos otros más, todo ello está escrito en las leyes y reglamentos.

Todo lo anterior está debidamente indicado en las diferentes páginas que la autoridad aérea anuncia en diferentes medios, el problema principal radica en hacer cumplir lo que viene establecido en las leyes y reglamentos y la otra es la actualización que es necesarísima ya que muchos artículos en la normativa actual eran cuando se tenían aeronaves de hélice y por más que se quiera ya no son aplicables. 

Ahora bien, otra de las cosas que tienen que ver con la deficiencia de la aplicabilidad y aplicación de las leyes en aviación es que los presupuestos que se asignan no van en concordancia de las necesidades de una aviación que cada vez se moderniza para poder ser competitiva con los grandes retos que del exterior se tienen. La autoridad aeronáutica, aunque por ahí dicen los papeles, que debe detentar salarios equiparables a los de la industria está muy lejos de ser así y la gente que ahí trabaja lo primero que busca es salirse en la primera oportunidad en que su salario sea superado, cosa que sucede muy fácilmente. Así pues, si existen documentos y leyes, con sus reglamentos que rigen nuestra aviación pero, debe ser apoyada con presupuestos adecuados y creíbles para que puedan realizar un trabajo digno y a la altura de las autoridades de países de primer nivel.

 

“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

 

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