Considerando que el error humano es lo que más incide en los accidentes aéreos resulta menester enfocar todas las fuerzas a estudiar los “porqué” y proponer salidas que minimicen los errores, de por si, privativos de los seres humanos. A pesar de que las estrategias deseadas, ciertamente, no son las reactivas es de esa manera en que se comenzaron a prefigurar herramientas o métodos para contrarrestar los efectos de riesgo que se tienen en las operaciones aéreas. Los métodos ahora conocidos se establecieron como resultado de la investigación de los accidentes de que se tuvo conocimiento, se analizaron las situaciones en que estos se dieron y a partir de ahí se comenzó la incansable búsqueda por encontrar los factores que motivaron esos accidentes.
Existen diversos tipos de herramientas que ayudan a esclarecer las causas de los accidentes en aviación. Sin duda que una de ellas son los implementos de grabación de datos de vuelo y de voz que nos dan una muy buena idea de qué estaba pasando en la cabina en el momento de producirse un accidente, las grabadoras de datos de vuelo (FDR) registran, precisamente datos de vuelo necesarios para iniciar una investigación como velocidad, actitud, potencia o empuje de los motores y configuración de los dispositivos de sustentación de la aeronave, de hecho el material con el que se protegen los microcircuitos que almacenan la información es de acero, principalmente y se blindan los microcircuitos que llevan la información, los protejen contra el fuego, impactos y agua. Con el análisis de estos parámetros es posible saber las condiciones en que se encontraba la aeronave al momento del siniestro y, a partir de ello se tomarán acciones para que no vuelva a suceder.
La manera de poder contrarrestar las acciones que pueden llevar a errores por parte de los tripulantes abordo de las aeronaves es creando una cultura de manejo de errores y riesgos, que en la aviación se agravan por la condición en sí de un vuelo y porque el repetirlo o no corregirlo puede decantar fácilmente en un accidente con fatalidades. Una herramienta muy poderosa que sin parecerlo en primera instancia, es de gran utilidad en la aviación, y por ende es muy útil para evitar accidentes, es el llamado CRM (Crew Resource Management), dicho en castellano se entendería como Administración de Recursos en Cabina. Por desgracia los accidentes siguen ocurriendo y cada vez interesa más a los expertos en factores humanos en aviación encontrar métodos que contrarresten esta tendencia fatal de la ocurrencia de accidentes aéreos. La autoridad exige que se tomen cursos, de manera periódica, de diversa índole, que buscan reducir el incremento de siniestros por motivos de errores humanos, estamos hablando de CFIT, ALAR y CRM. Siempre y cuando estos cursos se impartan y tomen adecuadamente serán de gran ayuda para la reducción de accidentes, precisamente esa es la función de la autoridad, aplicar los métodos adecuados para que realmente se practiquen esos cursos a cabalidad.
Dos cursos son particularmente importantes, por su puesto que hay más, estos me llaman la atención y dan para análisis y opinión. Uno es el CRM y el otro es el CFIT/ALAR, el primero se mencionó arriba, el segundo quiere decir, en nuestro idioma castellano, Vuelo Controlado Contra el Terreno o Vuelo Controlado Contra un Obstáculo o Colisión Contra el Terreno en Vuelo Controlado o Impacto Contra el Terreno sin Pérdida de Control. ¿Qué quiere decir esto? Que sucede un accidente sin que se dé cuenta el que lo vive, simplemente no hay consciencia de lo que está pasando, esto es terrible porque aún pensando que todo está bien y llevándose a cabo como se cree sucede el accidente. ¿Cómo contrarrestar esto? Con adiestramientos, con conocimiento real de lo que se hace, con capacitación adecuada, con instructores preparados, con dedicación y entrega en cada adiestramiento que se imparta. ¿Tiene la autoridad aeronáutica vela en este entierro? Por supuesto que sí, pero haciendo las cosas como es debido, sin dejarlas pasar, exigiendo a los usuarios sin más interés que hacer que se cumpla la ley. Cada qué hay un accidente hay que voltear a ver a todos lados, analizar todos los recovecos de posibilidad, e ir descartando responsabilidades.
Para finalizar esta aportación me referiré a una estadística que nos permite visualizar dónde es que debemos hacer hincapié para evitar repeticiones de accidentes. Esto se desprende de criterios CFIT/ALAR (reducción de accidentes en aproximación y aterrizaje). Accidentes por baja visibilidad 59%, por desorientación/ilusiones visuales 21%, por condiciones de pista 18%, por despiste al final de la pista pista contaminada 73%, por lluvia/viento 37%, durante aproximación y aterrizaje 76%, llama la atención que solo un 17% efectúan una aproximación frustrada.
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