Capacitación y mantenimiento: estas dos palabras son clave en la búsqueda de la seguridad o, mejor dicho, las seguridades que se manejan en aviación, una es la Seguridad de la Operación (Safety) y, la otra la Seguridad de la Aviación Civil (Security), reconociendo que existe una vasta información de ambas, podríamos decir que la primera tiene como característica principal la prevención, el reconocimiento de una amenaza o error para, a partir de ahí, generar métodos que minimicen el riesgo y la segunda tiene que ver con riesgos de origen antisocial, es decir, provocados intencionalmente por personas para dañar a otras personas, a bienes patrimoniales, etcétera. La primera de las definiciones engloba procesos y sistemas destinados a reducir el número de accidentes e incidentes derivados de la operación, la segunda tiene que ver con AVSEC, que es un acrónimo, en idioma ingés, de Seguridad de la Aviación, trata de evitar actos de interferencia ilícita, a través de normas y recomendaciones en materia de seguridad que deben aplicarse en la aviación para que sea un medio de transporte con garantías y presente la confianza necesaria para los pasajeros.
Cualquier desviación de los objetivos principales de los términos, capacitación o mantenimiento, pueden provocar daños que, de no corregirse en un tiempo razonable, derivarían en afectaciones a personas e instalaciones, o a ambas y quizá hasta podrían provocar muertes. Para cada una de estas acepciones existen métodos y sistemas tan sencillos o tan complejos como se les quiera imaginar, tienen como principal objetivo reducir errores que pueden, eventualmente complicarse, causar daños materiales, ineficiencias, daños económicos o fatalidades. Son estas dos palabras unas que implican la existencia de métodos y sistemas para mantenerse en primerísimo orden y evitar errores o desviaciones de normas que pueden rayar en lo peligroso o, cuando menos, costoso. En los dos casos existen carreras de formación que llevan a una profesionalización en su realización, requieren, ambas, de que se las tome en serio y sean aplicados métodos y sistemas en que se vean envueltos, cuando menos, quienes llevan a cabo la operación.
Tan importante es el que estas dos palabras sean consideradas como prioritarias que hasta las autoridades de aviación locales e internacionales deben mantener una vigilancia acuciosa y constante a fin de asegurar la correcta aplicación de sus disposiciones. Uno de los principales enemigos de estas dos indispensables aseveraciones es la simulación, también lo son el exceso de confianza, el disminuir sus ámbitos de aplicación y el que se las tome como algo rutinario. Las grandes empresas aéreas gastan muchos recursos en la implementación y seguimiento de métodos que tengan que ver con la capacitación y mantenimiento. Por tanto cada uno de los actores de la aviación deberán tomar en serio estos dos conceptos, los usuarios, a través de la confianza en sus autoridades, deberán poner especial atención y vigilar de manera interna que las instalaciones pero, sobre todo, las aeronaves cuenten con los mantenimientos preventivos y correctivos aplicados en tiempo y forma. Deberán contar con los métodos y procedimientos que aseguren, con su puntual aplicación, que nada hay que no trabaje adecuadamente y que los registros de cualquier modificación o procedimiento está debidamente registrado.
Y, ¿qué esperar específicamente de las autoridades?, es indispensable que éstas actúen con absoluta imparcialidad, que verifiquen en tiempo y forma que las modificaciones y procedimientos hayan sido aplicados, que se cuente con programas actuales que se apliquen periódicamente para lograr elevar el nivel de seguridad que el público usuario espera y, en ningún momento se ponga en entredicho la seguridad de tal o cual empresa, centro de adiestramiento o taller. El actuar, sin dudarlo un instante, debe ser completamente transparente, claro y sencillo, apegado a todos los reglamentos tanto nacionales como internacionales. La capacitación, como elemento sensible de la seguridad deberá llevar una lógica, ninguna duda de su vigilancia y apego deberá aparecer, las reglas deberán ser claras y seguirse al pie de la letra, esto, por supuesto, permitirá ampliar el espectro de seguridad que se espera. El seguimiento correcto de los programas autorizados no habrá de interrumpirse ni desvirtuarse y el cerciorarse de ello depende de las autoridades quienes no deberán vacilar en señalar e incluso interrumpir el funcionamiento de quien no se apegue a lo que está establecido.
El respetar este binomio, Mantenimiento/Capacitación, reviste una importancia capital, el riesgo en cualquier operación aérea está latente en cada momento, es algo natural en este negocio, el que cualquiera de los actores implicados en estas se aparte de una estricta observancia deberá ser detectado por la autoridad competente y se tendrán que aplicar los métodos establecidos, diseñados para que las faltas, intencionales o no, se alejen. Quien no cumpla lo anterior está jugando con fuego y esa falta de responsabilidad más temprano que tarde se cobrará.
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