El fabricante Airbus a través de sus más altos cuadros directivos sigue insistiendo en que sus aviones, incluidos los de operación de largo alcance, pueden ser operados con un solo piloto en cabina.
La armadora europea tiene planeado implementar su llamado “ Proyecto Morgan” a partir del 2027 iniciando con modificaciones en sus modelos 320 y 350.
Para este último modelo de operación de largo alcance Airbus proyecta remover un asiento de observador en cabina e instalar, en su lugar, un escusado con acceso directo a un panel de comunicaciones aire-tierra.
Desde luego que muchos de los dirigentes de las asociaciones de pilotos del mundo han dejado ver su rotundo rechazo a este proyecto y el Secretario General de ALPA (Asociación de pilotos de Estados Unidos) que representa a 78 mil pilotos lo ha calificado como “BS” (Bull Shit) argumentando cuestiones de seguridad, entre otras, que resultan irrefutables.
IFALPA, que es la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas que agrupa a más 100 mil pilotos en todo el mundo se alinea a la misma política de no aceptar a un solo piloto en la cabina de los aviones comerciales.
Por su parte el director General de Delta Airlines, Ed Bastian, ha comentado que nunca permitiría un solo piloto volando alguna de sus aeronaves en ninguno de los de aviones y en ninguna de las rutas que opera Delta, que es una de las aerolíneas más importantes del mundo y por cierto, socia fundadora del grupo Sky Team a la que también pertenece nuestra aerolínea bandera Aeroméxico.
Parece increíble que un fabricante con la fama y calidad que tiene Airbus esté dejando a un lado los principios básicos de la seguridad aérea que están representados, entre otras muchas otras cosas, por al menos dos pilotos en cabinas de aviones comerciales.
Airbus pretende echar abajo conceptos básicos como el CRM (Crew Research Management) instaurado desde hace décadas y que se refiere a la importancia que tiene una buena coordinación entre pilotos y unificación de criterios en operaciones normales y especialmente en casos de emergencia para garantizar la seguridad de los pasajeros.
Y no sólo eso, Airbus parece querer dejar a un lado todos los conceptos sobre factores humanos y la necesidad de garantizar, tal como lo hace con los diferentes sistemas instalados en sus aeronaves, sistemas de respaldo que garanticen una operación eficiente y segura.
El mismo concepto aplica cuando se habla de la conformación de tripulaciones que además está contemplada en leyes y reglamentos aeronáuticos y que deja claro cuántos pilotos y por qué razones deben mantenerse todo el tiempo en la cabina de mando tras los controles de las aeronaves comerciales.
La historia nos ha enseñado y demostrado ya muchas veces que no se puede dejar a criterio de un solo piloto, por muy bien entrenado que pueda estar o por mucha experiencia que pueda tener, la toma de decisiones en todo lo relacionado con volar un avión que hoy puede transportar hasta 800 pasajeros a bordo durante un vuelo de largo alcance que puede ser hasta de 18 horas.
Antes de la certificación de un avión comercial operado por un solo piloto deberán modificarse y certificarse no sólo los diferentes sistemas de los aviones sino también leyes y reglamentos de países en todo el mundo.
También sobra decir que se deberían cambiar los 12 mil SARPS que son normas y métodos recomendados y todo tipo de conceptos y reglamentos establecidos en los 19 anexos de OACI y eso podría llevar décadas.
Sólo hay una cosa que puede sustituir el sentido común y el criterio de un piloto experimentado y entrenado en operaciones normales y de emergencia y eso es otro piloto con las mismas capacidades físicas y mentales como refuerzo para garantizar la vida de los millones de pasajeros que vuelan cada año en aviones comerciales.
Dos cerebros piensan mejor que uno, cuatro oídos oyen mejor que dos, cuatro ojos pueden ver mejor que dos y cuando se trata de resolver problemas en vuelo nada es más preciado que ese intercambio de experiencia y capacidades entre al menos dos pilotos en cabina.
Sólo como un ejemplo, no hace mucho nos enteramos que uno de los pilotos de un vuelo transoceánico de Turkish Airlines sufrió un infarto en pleno vuelo y fueron los otros pilotos en cabina quienes se encargaron de tomar decisiones y aterrizar el B787.
No es la primera vez que esto sucede y resulta fácil imaginar lo que pudo haber sucedido si el infartado hubiera sido el único piloto tras los controles del avión.
En febrero del 2015 un copiloto de la aerolínea GermanWings se quedó solo en la cabina mientras el Capitán salió al baño y, debido a un desequilibrio mental, llevó el avión y a todos sus 144 pasajeros y 6 tripulantes a estrellarse deliberadamente en un acto suicida en alguna parte de los Alpes Franceses y el avión era, por cierto, un Airbus 320.
Todo este asunto tiene, sin la menor duda, un trasfondo económico y Airbus está jugando con fuego tratando de quedar bien y alimentar aún más el apetito financiero de las aerolíneas del mudo además del suyo propio pero todos pierden de vista lo más importante que es la seguridad y la vida de los pasajeros que están bajo su cuidado y responsabilidad.
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