En los últimos días ha trascendió que los legisladores tienen ahora en la mente promulgar una ley para evitar que las aerolíneas nacionales cobren por el equipaje adicional que llevan los pasajeros y evitar también que lleven a cabo sobreventa de boletos.
Hay que decir que tal parece que los señores no tienen idea sobre cómo se maneja y cuáles son las necesidades de la industria aérea no solo en México sino en todo el mundo.
Dejamos el tema de números y finanzas para ser analizado más a profundidad en su momento por parte de los especialistas pero sí podemos adelantar que de concretarse esta posibilidad las aerolíneas obviamente se verían obligadas a aumentar el precio de sus boletos para compensar y no caer en pérdidas económicas.
Para no variar, los legisladores ignorantes del tema o muy mal asesorados, en lugar de mejorar estarían afectando la economía de quienes utilizan un avión comercial para transportarse y esto incluye y afecta más a las empresas que operan bajo el esquema de bajo costo.
La operación comercial de una aerolínea implica muchas fases, estrategias operativas y financieras muy complejas que definen entre muchas otras cosas las tarifas apropiadas de transporte de pasajeros y carga para garantizar su viabilidad, eficiencia y seguridad.
Poner en vuelo un avión cuesta mucho dinero y en todo el mundo la moneda que se maneja es en dólares americanos aunque cada aerolínea cobra el equivalente en su moneda nacional.
Los gastos más importantes son los que se refieren a la compra de combustible, la renta o compra de aeronaves, el pago de nóminas de miles de profesionales en todas las áreas que involucran la operación y los altos costos de adiestramiento a personal técnico.
Solo como ejemplo, un B787 tiene un costo promedio de casi 220 millones de dólares (Aviación Digital) de los cuales 40 millones corresponden al costo de sus dos motores, el pago variable por concepto de renta (si este es el caso) puede llegar a un millón 250 mil dólares al mes o mas y solo de combustible carga 126 toneladas en sus tanques llenos.
Constantemente se adecuan precios por los derechos de aterrizaje y despegue de cada aeronave dependiendo de su tipo y peso, así como los correspondientes a tiempos de estancia en plataforma y servicios de control de tráfico aéreo entre muchos más.
Los gastos que debe enfrentar una línea aérea comercial son enormes y por esa razón el costo de los boletos y tarifas por concepto de carga debe ser muy bien analizado y protegido por los administradores para que la empresa pueda ser financieramente eficiente y rentable.
Hay mucho que decir al respecto pero es necesario llevar a cabo trabajos de verdadera ingeniería financiera y operativa para conseguir un mínimo porcentaje de ganancias y lograr una empresa rentable y eficiente.
Nuestras tres principales líneas aéreas mexicanas tienen flotas de alrededor de 150 aeronaves y las tres reportan finanzas sanas a pesar de los tiempos turbulentos y obstáculos que suele sufrir la industria aérea.
Vale la pena decir que el margen de ganancias de esta industria a nivel mundial es sumamente bajo y se habla de apenas un 2.9% de acuerdo a información de IATA que considera también que a pesar de su crecimiento de la industria mundial la rentabilidad sobre el capital invertido se puede estancar en el 5.7% para este 2024
Como decimos, existe una alta complejidad en todo lo que tiene que ver con la administración de una empresa de aviación y por eso es importante el apoyo de gobierno y autoridades.
Más que nunca hace falta una política aérea de estado y esa solo se puede lograr con voluntad política y la participación de profesionales, expertos y autoridades trabajando en conjunto para poder regular aerolíneas comerciales eficientes y reglas claras en la competencia nacional y mundial.
Los legisladores tienen trabajo importante que hacer y mientras se animan a proponer la política de la que hablamos bien harían en ser muy cuidadosos en la aprobación de medidas que pueden afectar, no solo a las líneas aéreas, sino a la economía de millones de pasajeros.
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