Cada día se suman más y más instituciones y expertos en seguridad en la industria aérea en todo el mundo en contra de la idea de aceptar un solo piloto operando en la cabina de aeronaves comerciales.
Existen todo tipo de razones en contra de esta propuesta que tienen que ver con el factor humano, la fatiga de vuelo, el aspecto médico y psicológico de los tripulantes, entre muchos otros.
De entrada, los fabricantes de aviones comerciales se verían en la necesidad de iniciar estudios y modificaciones técnicas para acondicionar y cambiar el diseño de las cabinas de vuelo a un solo piloto y esto puede llegar a tomar varias décadas y muchos millones de dólares.
Sería necesaria la adecuación no solo de la distribución de controles en las cabinas, sino de todos sus sistemas y sus respectivos respaldos.
De hecho tendrían que diseñar nuevas y sofisticadas aeronaves para ser voladas por un solo piloto y después lograr una certificación que vendría a revolucionar los requisitos actuales con los que deben cumplir los fabricantes y los propios tripulantes.
No podemos dejar de mencionar que, en su caso, se deberán cambiar leyes y reglamentos en materia aeronáutica en todos los países del planeta y, por otro lado, también todos los anexos de OACI que son los que regulan la industria aérea mundial sin olvidar las reglamentación FAA en todos su pares, EASA que es la agencia Europea y todas las demás agencias a del mundo.
Uno de los aspectos más importantes a tomar en cuenta es el que se refiere a las cuestiones médicas y psicológicas que puede enfrentar el piloto en solitario en la cabina de avión en vuelo repleto de pasajeros, especialmente en condiciones adversas de mal tiempo o emergencias cuando la carga de trabajo se triplica.
En ciertas situaciones se requieren más de un cerebro, dos ojos, dos oídos y dos manos para resolver cuestiones referentes al vuelo y de ahí viene el concepto CRM (Crew Research Management) cuyo principio básico implica la colaboración técnica y profesional entre al menos dos personas, basada en la experiencia para tomar decisiones adecuadas y garantizar así la seguridad de los pasajeros.
Ya hemos comentado que la tecnología para volar un avión incluso sin pilotos ya existe y ya se han realizado pruebas al respecto, pero todavía no se han hecho pruebas con pasajeros voluntarios que se atrevan a subirse a un avión sin pilotos.
También se ve muy difícil en el mediano y largo plazo cambiar la mentalidad de millones de pasajeros que vuelan aviones comerciales cada día para que aborden un avión cuya operación segura durante el vuelo en cualquier situación normal o de emergencia depende de las decisiones de una sola persona.
No podemos olvidar cuando un avión alemán de pasajeros fue estrellado en los Alpes Europeos matando a todos sus ocupantes cuando se encontraba un solo piloto en la cabina de mando y esté , afectado temporalmente de sus facultades mentales, tomó la decisión de suicidarse y llevarse consigo a todos sus pasajeros y tripulantes incluido el otro piloto que en ese momento se encontraba en el baño del avión.
El cerebro y el estado físico general, no solo de los pilotos comerciales, sino de cualquier ser humano no se encuentra al 100% todo el tiempo y puede ser afectado por fatiga o por otros factores externos y de ahí la importancia de tener “un sistema de respaldo” y ese otro “sistema” debe ser otro piloto.
Hasta hoy no existe nada que pueda igualar la capacidad de reacción del cerebro humano especialmente en la toma de decisiones y cuando hablamos del rigor que se debe mantener en la seguridad de las operaciones aéreas resulta imposible pensar en aviones comerciales operados por un solo piloto al menos durante las próximas décadas.
Insistimos en que la vida de cientos de pasajeros cada vez no puede depender de las decisiones de un solo profesional por muy preparado y experto que pueda ser.
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