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23/11/2024

DGAC México, la mayor burocracia mundial

Francisco M. M… / Jueves, 1 Marzo 2018 - 09:50

"La burocracia es el arte de convertir lo fácil en  difícil  por medio de lo inútil"

                       Carlos Peraza

 

Desde hace muchos años la burocracia rampante ha atacado sin compasión a todas las  instituciones de nuestro atribulado México. Ya he comentado,  porque lo he vivido personalmente, que en cuanto a la DGAC México, esa burocracia (y dicho sea  con todo respeto) ha caído en categorías comparables a lo que ya es una triste cultura de años en los países más  atrasados del planeta como muchos de África, y nuestro país no lo merece.

Si mal no recuerdo fue en el año 2007 cuando me presenté a revalidar mi licencia de vuelo y por primera vez me dijeron que por "falta de plásticos" debería regresar al día siguiente y eso se extendió por tres días más.

Si en algún momento sucede esto, o "se cae el sistema" y se complican la  expedición, revalidación, recuperación y convalidación de licencias y exámenes médicos para el personal técnico aeronáutico, todos lo entenderíamos y podríamos  decir que la tecnología nos pasó una mala jugada, como puede suceder en cualquier parte, pero que eso suceda todos los días, de todas las semanas, de todos los meses de los últimos al menos 15  años y  que cada día se exijan mayores y complicados requisitos  ya es otro signo claro del tercermundismo más profundo y de una cultura de obstaculización  que muchos funcionarios de la DGAC y Medicina del Transporte  parecen disfrutar, lo que explica de alguna manera muchas de las razones por las que nuestro país atraviesa momentos tan críticos.

A pesar de mi conocido optimismo, hace tiempo que perdí la esperanza y hoy estoy  convencido de que no serán las autoridades aeronáuticas de ningún nivel las que habrán de solucionar por sí mismas estos problemas porque no tienen el oído, no les interesa y hay que decir que no tienen la voluntad y creo que no sabrían cómo hacerlo porque para lograr un verdadero cambio se requiere gente con voluntad de hacer las cosas, preparada, comprometida, responsable, honesta y profesional, empezando con quienes  quiera que sean los encargados de dirigir la DGAC y Medicina del transporte.

Las cosas van a seguir igual o peor si las instituciones que representan a los pilotos aviadores de México no son el contrapeso de las autoridades y no actúan para lo que han sido creadas de manera eficaz  y contundente como debió haber sucedido en el caso de  expedición de  cédulas profesionales, lo que ahora tiene a muchos pilotos sentados en una silla esperando el documento para poder llevar adelante su carrera como pilotos comerciales.

Actualmente ya es un verdadero viacrucis llevar a cabo cualquier trámite ante la DGAC incluidos los exámenes médicos y eso se complica aún más para los pilotos que han debido emigrar y trabajar en otros países, o para aquellos que han tenido la fortuna de realizar sus estudios en escuelas del extranjero para quienes la tramitología mexicana y los cursos de convalidación de licencia implantados se ha convertido en algo verdaderamente sublime por complicado. ¡En ningún país del mundo algún trámite de licencia pueden llegar a tomar hasta un año como sucede en México!

Si bien es cierto que la autoridad aeronáutica es la responsable de todos estos problemas también hay que decir que sorprende de nuevo la cultura de la queja sin acción por parte de los afectados y mucho más todavía la falta de acciones contundentes por parte de ASPA y del Colegio de Pilotos, quienes han querido solucionar este asunto a través de "algunas pláticas" con las autoridades, quienes siempre dicen que sí pero nunca dicen cuándo, y esos contactos pocas veces han dado frutos.

También se han emitido un par de tímidas circulares sugiriendo que los trámites por parte de los pilotos se lleven a cabo con mayor antelación para evitarse demoras y problemas los cuales por cierto, de todas maneras no desaparecen, sólo se adelantan.

Tanto ASPA como el Colegio de pilotos deberían trabajar juntos activa y eficazmente para solucionar este problema que a afecta a todos sus agremiados y quienes van a serlo. Por otra parte, también las direcciones generales de las aerolíneas deberían dejar escuchar su voz porque las afectaciones al personal de sus empresas podría traerles en cualquier momento cancelaciones de vuelos por falta de licencias de su personal al día con todas sus consecuencias.

Hay que decir que esas acciones que deben ser tomadas para resolver este problema burocrático no pueden ser solo paliativos temporales. Es necesario trabajar para que se encuentre una solución definitiva antes de que OACI vuelva a contemplar la posibilidad de mandar a México nuevamente a la categoría dos por falta de cumplimiento a los lineamientos de la organización ahora en lo referente al Anexo 1 (licencias al personal).

México tiene una industria aérea de nivel internacional que se desarrolla y crece como nunca antes, pero su carrera se está viendo obstaculizada por las propias autoridades aeronáuticas que piensan y trabajan como si estuvieran en los años cincuenta, mientras nosotros seguimos soñando con la prometida nueva DGAC que lo cambiaría todo pero que hasta hoy ha resultado otra de las mentiras del sexenio.

Así pues, hay que dejar a un lado la cultura de la queja en las redes sociales y empezar a actuar. ASPA, el Colegio de Pilotos Aviadores y las propias Aerolíneas tienen a su disposición las armas institucionales y el apoyo de OACI para utilizarlas. Un documento oficial conjunto enviado a esta organización explicando la problemática provocada por DGAC México sería suficiente para empezar a arreglar las cosas, a menos que la esperanza sea que en julio próximo vengan a implantarse "la Republica amorosa"  y la  " Constitución Moral" para que resuelvan los asuntos de la aeronáutica nacional.

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