El naciente sector espacial nacional que implica múltiples cuestiones técnicas, investigación, desarrollo, innovación y financiamiento público y privado, requiere para su desarrollo de un fuerte respaldo gubernamental, académico, industrial y de la sociedad civil organizada en el ámbito espacial, la cuádruple hélice. Este noble sector requiere de la suma de voluntades y de un efecto multiplicador a su favor para que México alcance un nivel respetable en la comunidad espacial global, donde lo que menos necesita es la división y descalificaciones entre el reducido círculo de instituciones y personas que nos encontramos impulsando su desarrollo.
Para entender el contexto de esta cuestión, debo señalar que en el inicio de la administración de la primera presidenta, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, el pasado 14 de noviembre, oficialmente se presentó en la conferencia “mañanera del pueblo” la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), que inicia funciones a partir del 1° de enero de 2025 y entre los múltiples asuntos que tendrá a su cargo estará la coordinación de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), la política espacial y de telecomunicaciones así como el sistema satelital MexSat. Lo anterior, de conformidad con el decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 28 de noviembre de 2024, y en cuyo transitorio Décimo Segundo se establece la sectorización de la AEM en la ATDT; cuestión que he analizado en recientes colaboraciones, como parte de lo que considero debe inscribirse en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2024-2030 y su correlativo en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025.
En este contexto, el gobierno ha realizado además algunos anuncios relacionados con asuntos de la agenda espacial -con cierta falta de pericia y orden, hay que decirlo-. Caso concreto, el 27 de noviembre, en la conferencia matutina de la presidenta Dra. Claudia Sheinbaum, la coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización de Empresas, Altagracia Gómez Sierra, informó que el organismo a su cargo tiene entre sus “proyectos clave”: “liderar la primera misión 100% latina al espacio” en 2027, con el apoyo de Katya Echazarreta, primera mexicana en viajar al espacio; “la integración del motor completo en México”… con la inversión del grupo multinacional francés de alta tecnología Safran y el desarrollo de un “satélite 100% mexicano… que ha anunciado la presidenta”; como parte del Programa Espacial Mexicano. El anuncio, de haberse preparado con la debida planeación, involucrando a las instancias competentes ATDT, AEM, el Consejo antes citado además de los principales actores nacionales en gobierno, academia, industria y sociedad civil organizada en el ámbito espacial, habría generado un impacto altamente positivo en el sector y en la opinión pública en general. Lamentablemente, ocurrió precisamente lo contrario dividió opiniones, incluida la reacción del Dr. Rodolfo Neri Vela, primer y único astronauta mexicano, a través de su cuenta en la red social X (antes Twitter), que destacó las formas del anuncio y cuestionó a la presidenta Sheinbaum sobre el proceso de una “convocatoria nacional justa y digna para todos los mexicanos y mexicanos” formados en instituciones nacionales con experiencia y publicaciones científicas. Esta desafortunada reacción, avivada por algunos medios de comunicación, lejos de abonar para cerrar filas e impulsar el desarrollo de este sector estratégico en el país, ha propiciado que la opinión pública tome partido y ejerza su derecho a expresarse con la poca información objetiva existente, desatando una álgida polémica en las redes sociales.
Personalmente, tengo el gusto de conocer a ambas personalidades, a quienes admiro, respeto y reconozco su respectiva jerarquía y méritos en el ámbito espacial nacional. En este escenario, es pertinente poner sobre la mesa que el Dr. Neri Vela, sin lugar a dudas, se ha ganado un lugar en la historia de México y particularmente en el desarrollo espacial de nuestro país. La Ing. Katya Echazarreta (oriunda de Jalisco, próxima a ser mamá y a quien no le fue nada fácil desarrollarse y destacar en el ámbito espacial estadounidense, confío en que esa situación cambie en nuestro país), es una activa promotora de la actividad espacial en el país a través de su fundación homónima, particularmente en la juventud y niñez nacionales mediante su campamento espacial, además de impulsar -desde su ámbito de acción- la reforma constitucional en materia espacial, como lo hacen múltiples actores de la cuádruple hélice, incluida la Fundación Acercándote al Universo (FAU), que desde el inicio fue consultada por la Cámara de Diputados a través de la Comisión de Derecho Espacial. Ambos personajes han sido invitados a mi programa Café Espacial Series, tuve el gusto de charlar con Katya en la edición 2023 de FAMEX, donde grabamos el episodio 16 de la 7ª temporada de la serie. Al Dr. Neri Vela le he reiterado la invitación y recientemente en el CONACES 2024, acordamos que tendremos la charla en el marco del 40 aniversario de su vuelo al espacio en 2025.
Cada uno, desde su particular perspectiva y experiencia, ha inspirado a generaciones y ha puesto en alto el nombre de México. No es ni será tarea fácil unir sus voces en torno a un objetivo común, como el desarrollo espacial de México, lo cual -sin duda- sería un poderoso catalizador para la unidad nacional es este ámbito.
Me consta que Katya reconoce la trayectoria del Dr. Neri Vela y estoy casi seguro de que por su parte no existen impedimentos para encontrar puntos de coincidencia y argumentos que pueden servir como puente para conciliar las posturas de ambos, con miras a fomentar la unidad nacional en torno al desarrollo espacial de México. A los que -sin duda- puede sumarse el astronauta de la NASA de origen mexicano, el Dr. José Hernández (invitado de Café Espacial Series en el Episodio 10 de la primera temporada en 2021). Cerrar filas en torno al desarrollo espacial de México con esas tres importantes figuras permitiría destacar cómo cada uno de ellos ha dejado una huella imborrable motivo de orgullo nacional, un legado en la historia de México, inspirando a millones de jóvenes a soñar en grande. Las historias de Neri Vela, Hernández y Echazarreta demuestran que cualquier mexicano puede alcanzar sus metas más altas.
A ninguno de ellos se le puede regatear sus respectivos logros, sobre todo considerando que en el fondo los tres trabajan en la misma dirección, a pesar de sus diferentes perspectivas. Cada uno ha sumado su contribución a la historia espacial del país. El Dr. Neri como el primer astronauta de México que en 1985 realizó investigaciones científicas en el espacio, al formar parte de la misión STS61-B del transbordador Atlantis de la NASA; el Dr. Hernández como el primer astronauta de la NASA de origen mexicano (en 2009 fungió como ingeniero de vuelo de la misión STS 128 del transbordador Discovery de la NASA), que además nos apoyó en la creación de la AEM -como parte del grupo promotor- y la Ing. Echazarreta, primera mujer mexicana en viajar al espacio, que colaboró en la NASA liderando equipos de científicos de mayor edad -que no le facilitaron su tarea por el simple hecho de ser mujer- y compitió entre siete mil aspirantes por un lugar en el programa Space for Humanity (S4H), para un vuelo suborbital con Blue Origin.
Sé que no es una tarea fácil, pero desde esta plataforma -Café Espacial Series- les invito a los tres, al Dr. Rodolfo Neri Vela, al Dr. José Hernández y a la Ing. Katya Echazarreta, a dialogar sobre la importancia de que México tenga su propia capacidad espacial, no solo para explorar el universo, sino también para garantizar su seguridad nacional y participar en la economía espacial global. Les invito a sumar esfuerzos para que –lejos de dividir- la exploración espacial sea un proyecto de nación que trascienda las diferencias políticas y sociales, a impulsar el motor de la innovación, a través de programas espaciales que impulsen la investigación y el desarrollo científico y tecnológico en diversas áreas, como la ingeniería, la física, las matemáticas y las ciencias de la computación; a destacar la importancia de invertir en la educación STEM para formar a las futuras generaciones de científicos e ingenieros, que darán forma al potencial espacial de México.
Sus respectivas experiencias ayudarán a la sociedad y a la opinión pública en general a entender la importancia estratégica del sector espacial, destacando los múltiples beneficios específicos que la tecnología espacial trae a la sociedad, como mejoras en la agricultura, la comunicación y la salud, entre infinidad de áreas. Es importante dejar claro que la inversión en la exploración espacial es una inversión necesaria para construir un mejor futuro para México. De esta forma, se puede mostrar que la exploración espacial puede servir como un símbolo de unidad, orgullo e identidad nacional, superando las divisiones sociales y políticas. El desarrollo de proyectos espaciales mexicanos de gran envergadura así como nuestra participación en proyectos internacionales con otras agencias espaciales de mayor desarrollo, contribuye a fortalecer nuestras capacidades nacionales en materia espacial y permite posicionar a México como un actor relevante a nivel regional y dentro de la comunidad espacial global.
La exploración espacial a través del desarrollo de nuestras propias capacidades es un sueño que nos une como mexicanos. Al unir nuestros esfuerzos y talentos, podemos convertir este sueño en realidad y construir un futuro más prometedor para nuestro país. La historia nos ha demostrado que cuando los mexicanos nos unimos, somos capaces de lograr grandes proezas.
A propósito del efecto mediático generado por los medios y las redes sociales, creo firmemente que entre mexicanos (independientemente de que algunos tengan que emigrar en busca de mejores oportunidades) debemos apoyarnos, y que es momento propicio para buscar cerrar filas a nivel nacional en torno al desarrollo espacial, lo que permitirá hacer de México en el largo plazo una potencia espacial y un referente de innovación a nivel mundial, como lo plantea la AEM en su visión. Empezar por reunir el talento y conciliar las posturas del Dr. Rodolfo Neri Vela, el Dr. José Hernández y la Ing. Katya Echazarreta, en favor de la unidad nacional por el desarrollo espacial de México representa un hito en la historia espacial de México. El país se merece la buena intención de conjuntar las tres voluntades y generar sinergias en favor de impulsar el desarrollo espacial en forma y con visión de largo plazo, con una Política Espacial de México que articule de manera transversal al sector a través de un Programa Espacial Mexicano, una agenda estratégica de desarrollo y un sistema nacional de innovación espacial, inscritos en el PND 2024-20230, soportados por un presupuesto razonable y una Ley Nacional de Desarrollo Espacial, a la altura de las expectativas de desarrollo de este país.
Más allá de que el gobierno se sienta increpado por un reconocido líder de opinión en el ámbito espacial nacional, es momento de tornar la crítica en actitudes constructivas que permitan bosquejar planes estratégicos que correspondan con las necesidades de la agenda del desarrollo nacional en sus múltiples aristas económicas, sociales, científicas, tecnológicas y espaciales.
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