La disminución en la iluminación de cabina en operaciones de despegue y aterrizaje en vuelos nocturnos.
Durante los vuelos nocturnos las aerolíneas acostumbran disminuir la intensidad de la luz en la cabina de pasajeros durante las fases críticas de vuelo como son el despegue y aterrizaje, como un importante elemento de seguridad para favorecer la adaptación de los ojos a la oscuridad y que los pasajeros vean con claridad en una evacuación de emergencia.
La adaptación a la oscuridad es un fenómeno que ocurre cuando se pasa de un ambiente rico en energía lumínica a uno carente de ésta y consiste en la adaptación de los receptores sensoriales visuales (Foto-receptores): los bastones y los conos, que producen reacciones fisiológicas a nivel químico y tales reacciones son diferentes cuando están expuestos a la luz o la oscuridad.
Los conos son células en la retina que se mantienen activos en la luz y los bastones son células que maximizan su función en penumbra y oscuridad. La adaptación a la oscuridad presenta varios fenómenos :
Dilatación de la pupila, hasta llegar a 9 mm, aproximadamente, de diámetro (midriasis).
Transcurridos unos 3-4 minutos (de permanencia en un lugar oscuro ), disminuye el umbral de excitabilidad de los conos, o lo que es lo mismo, aumenta la sensibilidad de estos a la luz.
Paralelamente, va disminuyendo el umbral de excitabilidad de los bastones (es decir, aumenta la sensibilidad de estos), hasta alcanzar la máxima sensibilidad cuando han transcurrido unos 20-30 minutos (de permanencia en un lugar oscuro).
Es decir la adaptación a la oscuridad del ojo humano puede ir desde los 10 y hasta los 30 minutos de permanecer en penumbra y en caso de una evacuación de emergencia solo se cuenta con 90 segundos, tiempo que se ha determinado como el suficiente para que el aire de la cabina se torne irrespirable en caso de humo en la cabina o un incendio.
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