Desplazarse por los aeropuertos es en sí un desafío para cualquiera; sin embargo, para las personas con discapacidad el reto es aún mayor; tener rampas y algunos letreros en braille no les resuelve el problema de accesibilidad; es un buen inicio, pero hay un desconocimiento tan grande de lo que se puede y debe hacerse para ofrecerles un vuelo gratificante, como a cualquier otro pasajero.
Leonardo Vandone, instructor/facilitador en Factores Humanos y en gerenciamiento de amenazas y errores en las operaciones aeronáuticas, informó que en el anexo 9 de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) se habla de la accesibilidad “muy por encima”, pero la realidad es que no hay personal formado, el cual es tan necesario, incluso debiera ser curricular.
El también interprete de señas, aseguró que las personas discapacitadas, la gran parte de las veces, se sienten discriminadas al querer viajar.
“Cuando se aprueba la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se determina que todo tratado internacional debe de garantizar la inclusión absoluta, de no hacerlo genera discriminación y puede tener otro tipo de incidentes: penas, denuncias, demandas, etcétera”, afirmó el experto.
Leonardo Vandone, quien cuenta con un posgrado en psicología aeronáutica, aseveró que esto significa que no se trata de remarcar la discapacidad sobre el sujeto, si no que al ser un sujeto de derecho, debemos hablar de una persona con discapacidad.
Por ello, los operadores aeroportuarios deben de pensar en qué deben hacer para que esa persona pueda trasladarse de una manera digna; se piensa en cómo llega, en cómo ingresa, pero también hay que recapacitar en el uso que le dará al aeropuerto y hay algo fundamental que generalmente no se toma en cuenta, y es la permanencia; “si yo tengo un vuelo demorado o cancelado, ¿se tienen las condiciones para que estas personas puedan estar esperando?”.
Añadió que hay un buen trabajo en los baños de los aeropuertos, pero también se debe de pensar en los baños de los aviones, “implementar estrategias para viajar de una manera digna en vuelo es bastante complejo, no se puede hacer mucho por las configuraciones de los aviones, pero también debemos estar conscientes de que no hay nada más humillante para la persona que tener que ser atendido”.
“Tenemos que hablar de una inclusión absoluta, y para ello hay que tener una unificación de criterio para trabajar con estos pasajeros: todos somos uno en el aeropuerto y se debe brindar ese servicio de accesibilidad”, afirmó el especialista en accesibilidad aeroportuaria.
El también jefe de estudios de la World Aviation Academy, agregó que tampoco existe alguna reglamentación internacional de determine algún mínimo de personal entrenado.
En algunas empresas aéreas de Europa ya empezaron a implementar que un miembro de la tripulación deba saber la lengua de señas del país de origen, un gran avance. “Aún falta mucho camino por recorrer, pero mientras exista esta intención comunicativa y las ganas de seguir creciendo está bien”.
Además, Leonardo Vandone explicó que hay discapacidades que no se ven como el autismo, lesiones cerebrales, incapacidad auditiva, algunos trastornos de salud mental, entre muchos otros, y al no ser visibles ese pasajero es considerado como disruptivo; de ahí la importancia de saber tratar a esos pasajeros, lo que nuevamente nos remite a la capacitación continua.
Puso como ejemplo un caso en el Reino Unido, en que se dispuso de un departamento traducido como amigos de la demencia, que trataba de impulsar la inclusividad, pero por el contrario generó discordia; “el concepto estaba elaborado desde el interés y no por lo peyorativo”.
“Afortunadamente no somos iguales, tenemos que aceptar esto, pero si realmente nos interesa la inclusión y accesibilidad en plano aeroportuario tenemos que tener las medidas correctas, no solo poner una rampa, se tiene que saber cómo tiene que ser; además, se debe impulsar medidas como puertas automáticas, picaportes especiales, lava lozas para las personas ciegas en braille y auditivo, contar con un intérprete de lenguaje de señas del país, personal con conocimiento para asistir, etcétera”, afirmó el especialista durante un webinar denominado Accesibilidad en la operación aérea, retos de la aviación.
Factores humanos desde la empatía, sentido común, la comprensión y una escucha activa es lo que se requiere para entender lo que necesitan. El objetivo debe ser que al final del viaje las personas discapacitadas se sientan gratificadas y no discriminadas, concluyó.
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