La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), en coordinación con el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) y Airlines for Europe (A4E), enfatizó su llamado a las autoridades europeas para que reemplacen las cuarentenas obligatorias por la aplicación de pruebas de detección de covid-19, de modo que se restablezca la movilidad en el continente durante la temporada navideña.
De acuerdo con los organismos, la medida proporcionará una mayor seguridad y capacidad para que los viajeros transfronterizos planifiquen reuniones familiares o vacaciones durante una de las temporadas más importantes para la aviación, además de que proporcionará alivio a los trabajadores de los sectores de viajes y turismo que dependen de la aviación.
IATA, ACI y A4E enviaron la propuesta a Ursula von der Leyen, presidente de la Comisión Europea (CE), a los jefes de Estado y a los ministros de salud de toda Europa, y calificaron la imposición de cuarentenas como una situación insostenible y que únicamente propiciará el detrimento de la aviación.
Los organismos solicitan que las cuarentenas sean reemplazadas por pruebas realizadas antes de la salida del pasajero, además de que deben realizarse de manera sistemática a los pasajeros que cruzan fronteras aéreas de alto riesgo y desde países terceros.
De igual manera, las restricciones de viaje deben ser coordinadas y basadas en una evaluación de riesgos en común para la región.
“Los datos de la industria de la aviación confirman el empeoramiento de la situación. Las cifras de la IATA muestran que el tráfico aéreo hacia, desde y dentro de Europa se ha reducido en un 66.3% hasta la fecha. Las últimas cifras de ACI EUROPE revelan que, al 27 de septiembre, el tráfico de pasajeros en la UE se había hundido aún más hasta el -78%”, expuso IATA.
Asimismo, puntualizó que con las restricciones a la movilidad como parte de las medidas de combate a la expansión del covid-19, el colapso del tráfico aéreo podría acarrear una caída del 52% en los niveles de empleo tan solo en Europa, lo que equivaldría a una pérdida de alrededor de siete millones de puestos de trabajo y de casi 450 mil millones de euros en actividad económica.
“Necesitamos aprender a vivir y viajar con el virus. Restablecer la libre circulación de personas y la conectividad aérea en nuestro continente de forma segura debe ser una prioridad”, expone el documento.
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