“No nos podemos dar el lujo de castigar a esta industria con nuevos impuestos, por el impacto negativo que ello podría generar para la conectividad del país” escribió Felipe Escalona, abogado panameño, especialista en la industria aérea, con referencia al anteproyecto de Ley 150 que impulsa incentivos para los turistas que se queden más de una noche en el país centroamericano.
El especialista señala que si bien las cifras de pasajeros que desembarquen en Panamá pueden mejorar (actualmente de los 16.2 millones de personas que pasan por el Aeropuerto Internacional de Tocumen, sólo 2.2 tienen como destino la nación centroamericana; 11.9 son pasajeros en tránsito), “agregar nuevas tasas e impuestos a estos pasajeros nunca es bien percibido internacionalmente”.
Un grupo de diputados panameños presentó este Anteproyecto que busca que los pasajeros en tránsito paguen un peaje de cinco balboas panameñas (cerca de cien pesos mexicanos) por el uso de las instalaciones aeroportuarias.
La Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y la Asociación de Líneas Aéreas en Panamá (ALAP) firmaron un comunicado conjunto en el que señalan su preocupación ante este proyecto de ley, por considerar que afectaría la conectividad y competitividad en dicho país.
“Panamá podría tomar el ejemplo de modelos exitosos como el de Chile o el de Colombia, con el aeropuerto de Cartagena, los cuales redujeron sustancialmente sus tasas aeroportuarias, produciendo un incremento importante en el número de pasajeros, aerolíneas y nuevas rutas” añadió Escalona.
En el caso de la ciudad colombiana, las tasas de embarque internacional cayeron de 92 a 38 dólares en el año 2015 y esto produjo crecimientos a doble dígito en el tráfico aéreo de pasajeros, la llegada de cinco nuevas aerolíneas y tres nuevas rutas como Ámsterdam y Madrid.
Por lo tanto, el especialista panameño apunta que una propuesta interesante sería una rebaja general de las tasas aeroportuarias en Panamá (40 dólares en tasa por servicio al pasajero y 12 dólares en tasa de desarrollo aeroportuario), “acompañada de beneficios a nuevas aerolíneas en conceptos de tasas de aterrizaje y estacionamiento, no sólo beneficia a las low-cost y nuevas aerolíneas que deseen volar a Panamá, sino a todas las que actualmente operan, lo que redunda en un incremento de frecuencias, apertura de nuevos destinos y llegada de nuevas aerolíneas”.
“Obviamente, la medida supone un sacrificio al principio, pero en el largo plazo el incremento de pasajeros será mayor y así también los ingresos. Resulta más atractivo para las aerolíneas un destino con tasas bajas que uno que agrega tasas adicionales” finalizó.
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