El Aeropuerto Internacional de Paro, en el reino de Bután, tiene una única pista, para la cual sólo un contado grupo de pilotos en todo el mundo están calificados para aterrizar y despegar.
Situando en lo profundo de un valle, a unos dos mil 235 metros sobre el nivel del mar, el nivel de dificultad del aeropuerto radica en el tamaño tan reducido de su pista de mil 200 metros de longitud y estar rodeado de montañas que alcanzan hasta los cinco mil 500 metros.
Además, de acuerdo con diversos pilotos la pista no es visible sino hasta el último momento, y que deben recorrer las montañas en un ángulo de 45 grados para aterrizar rápidamente sobre ésta.
Debido a todas estas dificultades, sólo se realizan vuelos diurnos y bajo condiciones meteorológicas adecuadas, y únicamente 17 pilotos de tres compañías están calificados para realizar viajes a este punto. Las aerolíneas son Bhutan Airlines, Buddha Air y Druk Air.
Fue construida en 1968 por la Organización de Carreteras Fronterizas de la India y originalmente se usó para llevar a cabo operaciones de los helicópteros de las Fuerzas Armadas de ese país, pero actualmente está calificada como la más peligrosa del planeta.
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