Por Ricardo Delpiano, corresponsal.
Santiago de Chile. Alexandre de Juniac, consejero delegado de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), calificó como negativo el resultado de la privatización de aeropuertos en América Latina.
“En términos de calidad de servicio, las aerolíneas están muy decepcionadas de la privatización de los aeropuertos. Los costos se han disparado y el nivel de servicio no ha sido mejorado en paralelo. Desde ese punto de vista, el proceso ha sido un fracaso”, dijo.
De acuerdo al directivo, la razón es simple pero al mismo tiempo compleja, por la cantidad de actores involucrados y los temas políticos que se ponen de por medio para una pronta solución.
La razón del fracaso básicamente se centra en los contratos de concesiones, que están elaborados con una sola mirada: satisfacer de ingresos las arcas del Estado.
“Si tomas el camino de la privatización hay que tomar en consideración algunos elementos o riesgos. Si quieres privatizar todo el aeropuerto, el proceso no debe estar basado en cuanto dinero ingresa al Estado. Es lo que pasa en Santiago de Chile, con el 77% que debe ser pagado al Estado, lo que genera un aumento de costos. Es un proceso que no recomendamos”, puntualizó.
Como alternativa, de Juniac sugiere una privatización por partes y ve en la generación de ingresos no aeronáuticos, como los de un Duty Free, como una forma de generar recursos al sistema aeroportuario sin tener que aumentar los costos a las aerolíneas.
Del mismo modo, señala que en caso de privatizar, se debe crear un marco regulatorio adecuado, con una entidad independiente del Gobierno en la que todos los sectores estén representados, incluyendo a las compañías aéreas. “Nuestra voz debe ser escuchada, de otra manera los costos aumentan”, señaló.
El máximo representante de las líneas aéreas, enfatiza en que hay que tener cuidado cuando se habla de infraestructura en los hubs que forman parte del interés nacional y se toma el camino de la privatización.
Desde su perspectiva, los aeropuertos que obtienen los mejores resultados, medidos por sus KPI y calidad de servicio, están en manos públicas. Entre los ejemplos que destaca son los de Incheon en Seúl, Hong Kong, Dubái, Singapur y Schiphol, en Ámsterdam.
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