La participación de la compañía Aldesa en la construcción de la torre de control del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM) seguirá conforme a lo establecido en los contratos firmados entre la empresa privada y el gobierno federal, aseguró Raúl González Apaolaza, director corporativo de Infraestructura del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GAMC).
Entrevistado en el marco del XV Seminario Regional ASPA-OACI, el funcionario señaló que, en caso de que una empresa constructora resulte responsable de fallas en materia de infraestructura, tendría que ser la Secretaría de la Función Pública (SFP) la encargada de multar a la compañía, o en su defecto, de tomar acciones legales que involucren directamente la licitación.
“Ellos ganaron una licitación pública, por lo que nosotros no podemos quitar el contrato. En el caso del Paso Express, si dicha empresa resultara responsable, tendría que ser la Función Pública quien la sancione”, señaló el directivo.
Estas declaraciones responden al suceso de ayer por la mañana cuando un vehículo cayó dentro de un socavón en el Paso Express de Cuernavaca, a la altura de la colonia Chipitlán, en el estado de Morelos. Los dos tripulantes del automóvil fallecieron.
El consorcio formado por la española Grupo Aldesa y la mexicana Eppcor fueron los encargados de la construcción de esta vía, que a sólo tres meses de su inauguración presentó este hundimiento de 5 metros de profundidad y 12 metros de diámetro.
Desde su postura, Raúl González sostuvo que el administrador aeroportuario debe tener mayor control en todos los procesos de construcción, no sólo de la torre de control, pues por la magnitud misma de la obra, no se puede tomar a la ligera un reporte, queja o situación que ponga en riesgo el proyecto.
Cabe recordar que fue en enero de presente año cuando las empresas Aldesem, Jaguar Ingenieros Constructores y Aldesa Construcciones, presentaron su oferta para construir la torre de control del NAICM, valuada en mil 242 millones de pesos. Luego del concurso, este consorcio logró la licitación de la obra de entre un total de 24 empresas nacionales e internacionales.
La torre de control es considerado uno de los proyectos más importantes de la nueva terminal capitalina, ya que en ella se alojarán los servicios operacionales y de navegación, así como los equipos de pronóstico y observación meteorológica, de supervisión de plataformas y de asignación de aparcamiento de las aeronaves.
Esta construcción tendrá una altura de 90 metros y consta de dos edificios: el edificio base de soporte, y la torre misma. Se ubicará entre las pistas 1-2 y 3-4, al norte del edificio terminal.
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