Embraer y Boeing llegaron a un acuerdo tras un largo proceso de arbitraje, originado por la cancelación del proyecto de joint venture en la división de aviones comerciales del fabricante brasileño.
El acuerdo contempla el pago de 150 millones de dólares por parte de Boeing, quien decidió abandonar la transacción valorada en 4,200 millones de dólares para adquirir el 80% del negocio de aviación comercial de Embraer, conformado por los E-Jets.
La asociación entre ambas compañías concluyó en abril de 2020, poco después de que comenzara la pandemia de COVID-19. Boeing ya enfrentaba dificultades significativas con el 737 MAX, cuyos aviones estaban en tierra en todo el mundo. Ante esto, la empresa decidió no seguir adelante con la transacción. Este hecho derivó en un proceso de arbitraje, donde Boeing argumentó que Embraer no había cumplido con las condiciones acordadas en el contrato.
Por lo que Embraer negó las acusaciones y sostuvo que cumplió con todas las obligaciones pactadas. Según la empresa brasileña, Boeing incumplió el acuerdo sin una justificación válida. La disputa legal entre ambas partes se extendió por más de dos años, hasta que finalmente se alcanzó un "acuerdo de mínimos" para dar por concluida la controversia.
El conflicto inició en 2018, cuando Boeing y Embraer comenzaron negociaciones para unir sus negocios de aviones comerciales. Como parte del acuerdo, Boeing adquiriría el 80% de la nueva empresa a cambio de 4,200 millones de dólares. Esta fusión también contemplaba una asociación en el desarrollo del transporte táctico C-390 Millennium, proyecto que quedó en pausa tras la ruptura del acuerdo.
A pesar de la cancelación de la transacción, Embraer retomó su camino de forma independiente. Desde entonces, reestructuró su división de aviones comerciales y trabaja en la mejora y expansión de su cartera de productos.
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