A través de la información que proporcionan las propias aerolíneas, los operadores y los prestadores de servicio, es que las bases de datos de las autoridades se enriquecen para la toma de decisiones en materia de seguridad operacional, expresó Julio César Siu, director Adjunto de la Oficina Regional para Norteamérica, Centroamérica y Caribe de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI/NACC).
En entrevista con A21, el directivo expresó que, a través del intercambio de información, la autoridad no sólo puede identificar las situaciones actuales de alto riesgo, sino también las tendencias.
“Todas esas tendencias se van identificando, hay un patrón común en varias regiones y cada vez, cuando actualizamos la estrategia mundial, que es el Plan Global de Seguridad Operacional de Aviación, se emiten ciertos acuerdos de mayor participación de ciertos factores que contribuyen a ese riesgo potencial, se va trabajando para que se tenga un enfoque más común, más sistémico”, dijo.
Entrevistado durante la realización del Quinto Congreso Internacional de Seguridad Aérea, realizado en la Base Aérea Militar número 1 de Santa Lucía, el directivo comentó que, en la región de Norteamérica, uno de los retos que se tienen es el de infraestructura a nivel aeroportuario y a nivel de proveedores de servicio.
“También hay muchas oportunidades de mejora, mucha tecnología, no sólo a nivel de tierra, sino tecnología a bordo, alarmas, simulaciones, entre otros, que han permitido que seamos más proactivos y poder dimensionar escenarios de mayor tráfico, de mayor volumen de operaciones”, aseveró.
Siu comentó que, si los Estados participan cada vez más en ese tipo de ensayos regionales y en los acuerdos de apoyo para ciertos procedimientos, como puede ser el caso de rutas directas, el beneficio es para todos, en especial para las aerolíneas y pasajeros, además de ayudar a la disminución de dióxido de carbono a la atmósfera.
Pero para llevar a cabo este tipo de acuerdos, se requiere de infraestructura, vigilancia, radares que apoyen, expresó.
En el caso de México, dijo, el país cuenta con buena infraestructura, en comparación con otros países de la región. “Está totalmente cubierto en vigilancia, radares, implementando muchas actividades como intercambio de información con Estados Unidos, va por buen camino; el reto es en otros países de la región”, dijo.
Señaló que hay países en el Caribe que no cuentan con sistema radar, lo cual afecta a las operaciones debido a que éstas se deben espaciar y eso afecta a la aviación en general. Por ello, subrayó, todos deben trabajar por el bien de la aviación.
Por su parte, Fabiana Todesco, especialista regional de Aeródromos y Ayudas Terrestres de la OACI/NACC, comentó que la infraestructura aeroportuaria debe ofrecer las condiciones para la seguridad operacional.
Los estados soberanos se comprometen con los demás para recibir aeronaves y para ello ofrecen una infraestructura aeroportuaria que está en línea con las normas y recomendaciones de la OACI.
De ahí, dijo, la importancia del Convenio de Chicago, donde los Estados se rigen por las normas y recomendaciones, esto con el fin de ofrecer las mismas condiciones para la seguridad en el sector aeronáutico.
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