Boeing y la NASA solucionaron dos problemas técnicos en la nave espacial Starliner de la compañía, incluida una "vulnerabilidad de diseño" que requería una solución temporal, para que la cápsula volviera a encarrilarse para su primera misión que llevaría a dos astronautas al espacio, dijeron autoridades encargadas del lanzamiento.
Según Reuters, la primera misión tripulada de Starliner, una prueba de alto riesgo ahora prevista para el 1 de junio, se suspendió a principios de este mes por una pequeña fuga de helio detectada en su sistema de propulsión horas antes de su despegue desde Florida.
Más de dos semanas después descubrieron que la fuga no representa un riesgo importante para los astronautas, dijeron los funcionarios.
"Este no es realmente un problema de seguridad de vuelo para nosotros, y creemos que tenemos una condición bien comprendida que podemos gestionar", dijo a periodistas el jefe de Starliner de Boeing, Mark Nappi, durante una conferencia de prensa.
El primer vuelo tripulado de Starliner, largamente retrasado, con los astronautas de la NASA Suni Williams y Butch Wilmore a bordo, es una misión de prueba final antes de que la NASA pueda certificar la nave espacial para viajes rutinarios de astronautas hacia y desde la Estación Espacial Internacional.
Se convertiría en la segunda cápsula tripulada estadounidense junto con la Crew Dragon de SpaceX, que comenzó a transportar humanos en 2020.
La investigación de Boeing y la NASA sobre la fuga de helio llevó a los ingenieros a descubrir un problema adicional en el sistema de propulsión del Starliner que el jefe de tripulación comercial de la NASA, Steve Stich lo llamó una "vulnerabilidad de diseño".
El modelado mostró que una serie de problemas en cascada, pero muy poco probables, durante una misión podrían eliminar los propulsores de respaldo de la cápsula y hacerla incapaz de regresar de manera segura a la Tierra.
Una solución de software ofreció una solución temporal para la misión, pero Boeing y la NASA discutirán si se necesita un rediseño más profundo antes de futuros vuelos, mencionaron los funcionarios.
Ese problema más amplio y la resolución ad hoc llevaron a la NASA a solicitar una revisión adicional de la preparación del vuelo, una extensa reunión de un día de duración entre funcionarios de la agencia, ingenieros de Boeing y analistas independientes para demostrar que Starliner es seguro para volar.
Esa reunión está programada para el miércoles, tres días antes de la hora prevista de lanzamiento de Boeing el 1 de junio a las 12:25 p.m., hora del Este. Si es necesario, Starliner también tiene oportunidades de volar los días 2, 5 y 6 de junio.
Boeing, que inicialmente intentó lanzar Starliner el 6 de mayo, enfrenta presión para hacerlo en una de esas fechas de principios de junio.
Cualquier cosa posterior al 6 de junio podría provocar semanas o potencialmente meses de más retrasos porque algunos artículos perecederos tendrían que ser reemplazados en Starliner y su cohete Atlas 5, construido por la empresa conjunta Boeing-Lockheed United Launch Alliance (ULA).
Eso comenzaría a chocar con otras prioridades programadas que ULA tiene en su plataforma de lanzamiento, como el primer lanzamiento de sus satélites Kuiper por parte de Amazon y el segundo vuelo de ULA de su nuevo cohete Vulcan, una demostración largamente retrasada que le permitiría comenzar a lanzar misiones del Pentágono.
En 2019, Starliner falló en un intento de llegar a la ISS y regresó a la Tierra aproximadamente una semana antes de lo planeado debido a docenas de problemas técnicos, de software y de gestión que remodelaron la relación de Boeing con la NASA.La nave espacial realizó con éxito un nuevo vuelo a la ISS en 2022.
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