Lograr la neutralidad en carbono y las emisiones netas cero para 2050 es un largo y costoso proceso, que implica gastos, tecnología e innovación y un alto precio que, para la industria de la aviación europea, se estima en más de 800,000 millones de euros (mde).
El mayor gasto correspondería a la producción de combustibles más limpios que sustituyan los de origen fósil.
Lo anterior es el resultado de un informe encargado por diversos organismos y asociaciones del sector aéreo europeo, entre los que figuran Airlines for Europe (A4E) y ACI Europe, patronales de aerolínea y aeropuertos, en ese mismo orden.
Como transporte emisor de carbono y otros gases de efecto invernadero contaminantes, la industria de la aviación se comprometió a descarbonizar el transporte aéreo y acelerar sus esfuerzos para reducir sus emisiones, hasta convertirse en emisiones netZero y hacer de Europa el primer continente neutral en CO2 del mundo para 2050.
Una meta que logrará a través de una combinación de nuevas tecnologías, en particular, combustibles alternativos y combustibles de aviación sostenibles (SAF), así como compensaciones de carbono y aviones y motores más eficientes, compromisos que tienen un altísimo precio, indica el estudio.
El mayor gasto es de 441,000 millones de euros y se iría en invertir en combustibles más limpios, en sustitución de los de origen fósil, a partir de materias primas como grasa animal, aceite de cocina o desechos domésticos.
Los combustibles SAF pueden reducir las emisiones totales de un vuelo en casi 80%, pero son más costosos que el combustible tradicional, y apenas representan 1% de la producción mundial de combustibles para la aviación.
El informe, realizado por los grupos de investigación SEO Amsterdam Economics y Royal Netherlands Aerospace Centre, al que tuvo acceso el diario británico Financial Times, sugiere que las empresas del sector de la aviación, incluyendo las aerolíneas y los aeropuertos, no podrían financiar la transición climática por sí solas, citando ganancias inconsistentes en el pasado.
Un análisis separado, de la agencia de calificación S&P Global, afirma que las regulaciones ambientales, incluyendo los impuestos de la UE sobre las emisiones de carbono, podrían “incentivar la innovación”, pero admitió que la inversión en fuentes de energía bajas en carbono y sin carbono “es costosa y, por lo tanto, riesgosa, sobre todo dados los largos plazos de inversión”.
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