De acuerdo con la firma consultora y de servicios especializados ICF, entre 1990 y 2017 ha habido un aumento del 110% en las emisiones globales de carbono de la aviación, mientras que las mejoras tecnológicas han tenido un avance promedio de 0.96% en el aumento de la eficiencia de quema de combustible, por lo que la industria ha reconocido la necesidad de realizar cambios en pro del medio ambiente.
Una vez alcanzada la recuperación de los efectos de la crisis por COVID-19, se espera que la aviación tenga un crecimiento del 3% anual, lo que a su vez generará un aumento en las emisiones de CO2, por lo que es necesario realizar intervenciones radicales, como la electrificación del transporte aéreo.
En este rubro, ICF proyecta que, tan solo en el mercado estadounidense, se necesitarían 12 mil aeronaves eléctricas que podrían sustituir a unidades impulsadas por combustible en mercados potenciales de corto alcance, además de que ha identificado 835 mil 505 rutas que podrían ser operadas con este tipo de aviones.
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