Si los astronautas del Apolo 13 hubieran tenido una impresora 3D durante su misión en el espacio, habrían sido capaces de solucionar el problema que tuvieron en unos minutos, dijo el doctor y piloto aviador, Carlos Salicrup Díaz de León.
Ahora, la posibilidad de que un astronauta en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) pueda recibir un correo electrónico con el diseño de alguna herramienta, o hasta una prótesis médica para luego imprimirla en tercera dimensión, es posible, y sólo depende de una serie de pruebas que realizaran médicos espaciales, entre ellos el doctor Salicrup.
En entrevista exclusiva para A21, el médico aeroespacial avalado por la Administración Federal de Aviación (FAA), informó que realizará una serie de pruebas junto con los médicos Naoyuki Ishikita, de Japón y John Sczepaniak, de Estados Unidos.
Vamos a probar un experimento, un proyecto de una máquina de ventilación de anestesia que se fabricó en una impresora 3D”, señaló Salicrup. Durante este vuelo, que se realizará a las 10:00 am del sábado, hora de Japón (20:00 hora del viernes en México), el equipo de médicos también probará una bomba de infusión y un aparato de reanimación cardiovascular.
Las pruebas se llevarán a cabo en un avión MU-300 de Mitsubishi, el cual ascenderá y realizará una serie de parábolas en las que los médicos estarán expuestos a gravedad cero (en el momento del descenso) e hipergravedad (durante la subida).
El objetivo de esta prueba es probar la viabilidad de estos aparatos, para que en el futuro puedan ser utilizados en el espacio.
“De lo que se trata es precisamente de comprobar que el dispositivo funciona correctamente en el espacio y en distintas gravedades”, apuntó Salicrup Díaz de León.
La idea surgió hace cuatro años, de mano de Naoyuki Ishikita, fundador de la empresa Stony, que se dedica a hacer diseños médicos con impresoras 3D como la máquina de ventilación de anestesia, mejor conocida como VapoJect Anesthesia System.
El diseño de este aparato puede ser enviado en veinte minutos a través de un correo electrónico al espacio, y los astronautas pueden materializar el modelo con la ayuda de una impresora 3D. De esta forma, se ahorran tiempo y espacio.
“Si ellos (los astronautas) necesitaran cierto tipo de herramienta, si se les manda desde la Tierra a Marte, por ejemplo, tarda en llegar año y medio. En cambio, desde aquí se les envía en e-mail, y en veinte minutos lo tienen allá”. Además, las impresiones en tercera dimensión son estériles, gracias al método de impresión, el cual es en alto calor, por lo que esto es vital para la fabricación de dispositivos médicos, prótesis y férulas.
El proyecto es apoyado económicamente por la NASA y el gobierno japonés –el cual, además de aportar dinero, envió a dos antiguos pilotos de su fuerza aérea para comandar el vuelo que se realizará en la mañana del sábado– y por la empresa de Ishikita, Stony.
Pero todas estas pruebas, también pueden tener una aplicación en tierra firme, asegura Salicrup. Imaginen el envío del diseño de un dispositivo médico en 3D a una clínica en la sierra mexicana, y que éste sea impreso allá, apunta. Se pueden salvar muchas vidas con esta tecnología. “La vida en el espacio es por la vida en la Tierra”, finalizó.
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