En noviembre de 2020, mientras la pandemia devastaba el sector de la aviación, Korean Air y Asiana Airlines anunciaron planes para fusionar sus operaciones, ya que Asiana enfrentaba un posible colapso. Antes de la pandemia, las dos aerolíneas habían estado cerca de asociarse en varias ocasiones, pero la pandemia finalmente aceleró la decisión, afirmó John Grant, jefe de analistas de OAG.
Explicó que han sido necesarios casi cuatro años y medio de planificación, aprobaciones regulatorias y superar diferencias para que finalmente se obtuvieran todas las autorizaciones necesarias.
Tanto Korean Air (KE) como Asiana (OZ) son más que aerolíneas de pasajeros tradicionales. Ambas tienen interés en aerolíneas de bajo costo (LCC): Korean con Jin Air y Asiana con Air Busan. Éstas probablemente se fusionarán como parte del proceso.
Además, ambas aerolíneas cuentan con divisiones de carga con sus propias flotas, que también deberán integrarse. Todo esto se suma a la duplicación de rutas y horarios, diferencias en las flotas, alianzas con terceros y mercados clave que aún están en recuperación.
Ambas aerolíneas operan aviones A320 y tienen entregas pendientes (Korean espera nuevos B737-800 este año). Sin una preferencia clara por un tipo de avión, será necesario optimizar las flotas con el tiempo. Korean es dueño de casi todos sus B-737 y A320, mientras que el 63% de los A320 de Asiana están arrendados. Esto refleja las estrategias financieras distintas de las aerolíneas en años recientes y podría influir en las decisiones a medio plazo.
Ambas aerolíneas continúan operando el B-747 y realizaron más de 3,300 vuelos con este modelo el año pasado. Korean tiene programada la entrega de 16 B-787-9/10 en los próximos tres años, pero estos no reemplazarán los 30 aviones B-747 existentes. Es probable que el B-747 siga siendo parte de la flota conjunta durante una década más, para deleite de los entusiastas de la aviación.
La fusión de dos aerolíneas que operan desde la misma base implica una significativa duplicación de rutas. Korean Air y Asiana compiten en 84 rutas internacionales, ofreciendo 25.8 millones de asientos anuales con un reparto de 54% (KE) y 46% (OZ).
En los mercados de Japón y China, se necesitarán ajustes, pero los cambios más importantes se esperan en las rutas de largo alcance. Ambas aerolíneas operan vuelos diarios desde Seúl a las principales capitales europeas en horarios similares.
Esto requiere una reestructuración, como la introducción de vuelos nocturnos desde Incheon para diversificar las conexiones, aunque la disponibilidad de slots en aeropuertos europeos podría dificultar este cambio.
En América del Norte, un mercado clave, habrá que repensar rutas como los vuelos a Los Ángeles, donde ambas aerolíneas operan A380 con horarios casi idénticos. Esto podría llevar a reducir frecuencias, aumentar la rentabilidad de las rutas y disminuir emisiones de carbono, además de retirar parte de la flota A380.
Incheon tiene el potencial de convertirse en un "super hub" mundial gracias a su ubicación estratégica y conectividad histórica con China y Japón. Sin embargo, la lenta recuperación de China ha afectado las conexiones y el número de destinos servidos.
“Japón, aunque valioso, ha visto una ligera disminución en mercados atendidos, especialmente en aeropuertos secundarios. Incheon podría emular el modelo de Ámsterdam como un centro para mercados secundarios en Asia, aunque esto requerirá apoyo de aeropuertos regionales japoneses”, afirmó Grant.
De esta manera, la nueva aerolínea combinada necesitará el apoyo de sus socios, especialmente el del joint venture transpacífico con Delta Air Lines, lo que implicará el fin de la relación de Asiana con Star Alliance. La posición de SkyTeam se fortalecerá en el noreste de Asia, y podrían surgir oportunidades para captar ingresos en Japón.
La fusión también representa una oportunidad para consolidar las operaciones de Jin Air y Air Busan. Aunque los valores de marca son importantes en este segmento, el precio y los costos operativos determinarán el éxito a largo plazo.
Aunque hay entusiasmo por avanzar rápidamente, es probable que los primeros ajustes se vean en el verano de 2025. Sin embargo, grandes fusiones como esta suelen tomar años, por lo que podrían pasar al menos dos años antes de que la operación conjunta sea notablemente diferente.
“La ejecución será un desafío para la gestión local, que enfrentará decisiones complejas con implicaciones significativas para el futuro de la aviación en la región”, concluyó el experto.
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