Grupo Aeroméxico está en proceso de presentar su Plan de Reorganización para emerger exitosamente de su Capítulo 11 en Estados Unidos, sin embargo, es posible que el verdadero reto comience después, cuando tenga que buscar la validación del proceso de reestructuración financiera en México, apuntaron abogados especialistas en materia aeronáutica y de concursos mercantiles.
En México, la aerolínea del caballero águila podría enfrentar cuatro problemas principales: temas de competencia exclusiva, reciprocidad en materia de concursos mercantiles entre México y Estados Unidos, violación al orden público y la falta de un tratado de reconocimiento de procedimientos extranjeros en materia de insolvencia en el país, además de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) puede frenar el proceso en cualquier momento, señaló Francisco Rodríguez-Nepote, especialista en materia de concursos mercantiles, en entrevista con A21.
“Aeroméxico acudió a la Corte en Nueva York, solicitando la protección establecida en la constitución de ese país, específicamente conocida como Capítulo 11, que tiene su similar en la Ley de Concursos Mercantiles dentro de la legislación mexicana vigente. Desafortunadamente para la aerolínea, ese procedimiento al amparo de la constitución americana, no tendrá efecto ni alcance legal alguno dentro del territorio nacional, salvo que cada determinación judicial dictada en el extranjero sea homologada en términos de nuestro Código Civil Federal y Código Federal de Procedimientos Civiles, una vez que cumpla con todos y cada uno de los requisitos necesarios para tal efecto, algo muy difícil y complicado”, escribió, por su parte, Pablo Casas Lías, abogado especialista en la industria aérea.
La aerolínea, al ser una empresa que opera una concesión (en este caso el uso del espacio aéreo para el transporte de pasajeros y mercancías), deberá demostrar que su plan de reorganización en Capítulo 11 en Estados Unidos también cumple con la normativa y se apega al derecho mexicano y convencer a la SCT sobre su validez y eficacia. La Secretaría tiene facultad de veto, apuntaron los dos abogados especialistas.
“Si un juez reconoce el plan de Aeroméxico, la SCT puede cuestionarle por qué lo hizo si sabe que la aerolínea es un concesionario del Estado mexicano y que, bajo esa figura legal, SCT tiene una participación esencial y puede vetar el convenio por cualquier tema que no le parezca. El gobierno puede ejercer mucha presión e impugnar la decisión del juez mexicano que reconozca el plan”, detalló Rodríguez Nepote.
Sin embargo, hasta el momento la SCT y la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) han estado ausentes en el proceso de Capítulo 11 que Grupo Aeroméxico bajo la Ley de Quiebras de Estados Unidos, lo cual puede ser una muestra de impunidad, señaló el abogado especialista Pablo Casas Lías.
A21 contactó a Grupo Aeroméxico; la aerolínea declinó a comentar sobre toda especulación que pueda impactar su proceso de reorganización.
Acerca del tema de competencia exclusiva, Rodríguez-Nepote indicó que el juez que reciba el proceso de reorganización de la aerolínea en México puede dictar que sólo los jueces mexicanos tienen competencia exclusiva para tratar sobre temas de deudores concesionados, rechazando de esta forma toda posibilidad de reciprocidad en el proceso que se lleva a cabo actualmente en los Estados Unidos. Históricamente, sólo hay un antecedente: la empresa mexicana Vitro llevó a cabo su concurso mercantil en México de manera exitosa, pero éste fue rechazado en su momento por un juez de Estados Unidos.
Derivado de esto, el juez en cuestión podría sugerir o solicitar a la aerolínea el inicio de un proceso de Concurso Mercantil bajo la ley mexicana.
“Aquí en México, el juez puede decir que no se puede reconocer una sentencia extranjera sin reconocer un procedimiento y para hacer esto se tiene que abrir un concurso mercantil”, señaló Rodríguez-Nepote. Esto se basa en la Ley de Concursos Mercantiles del 2000, que señala que si una empresa tiene un establecimiento en México, quiere decir que tiene acreedores mexicanos por lo que no se puede reconocer un procedimiento extranjero a sabiendas de que impactará a los acreedores mexicanos.
El otro problema que podría enfrentar Aeroméxico es si su plan de reorganización viola el orden público, particularmente en afectaciones a los derechos de los trabajadores en México.
Sin embargo, a final de cuentas, el proceso de Capítulo 11 de Aeroméxico todavía no está listo y falta que se publique el Plan de Reorganización final (y este sea votado y aprobado), antes de que la aerolínea deba regresar a México y buscar la validación bajo las leyes mexicanas.
Para Rodríguez-Nepote, el proceso de Capítulo 11 de Aeroméxico plantea un escenario con demasiadas interrogantes, en el cual el gobierno mexicano se enfrentará a situaciones inéditas que podrían marcar el futuro de otros procesos de reorganización financiera y validación de resoluciones extranjeras.
Por su parte, Casas Lías prevé que no habrá ningún desvío, ni acreedores que se salgan de vuelo por lo que la ingeniería financiera de Aeroméxico sólo beneficiará a la aerolínea.
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