Durante el año pasado, la operación de Aeroméxico redujo más de 26 mil 127 toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2), esto como resultado de su estrategia de consolidación de flota, que a partir de este año cuenta sólo con tres tipos de aeronaves.
En la presentación del "Reporte de Sostenibilidad 2017", Sergio Allard, director ejecutivo de Relaciones Institucionales de la empresa, destacó que las metas medioambientales de la línea aérea fueron reconocidas por el Programa de Evaluación Ambiental de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
"Ser un referente nos obliga a comprometernos aún más en la búsqueda de un modelo sostenible que contribuya a un desarrollo igualitario para todos nuestros colaboradores, comunidades y entorno”, indicó.
Otros resultados del Informe señalan que la aerolínea del caballero águila ahorró hasta 10.6 millones de litros de agua en sus aviones de cabina ancha.
Asimismo, Aeroméxico obtuvo la certificación como Industria Limpia en Calidad Ambiental Nivel 1, otorgada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
Fuente: Aeroméxico
Necesaria, infraestructura para uso de bioturbosina
Entre las iniciativas futuras para un operación más amigable con el medio ambiente, la empresa aérea contempla la posibilidad de usar combustibles con mayor eficiencia energética, entre ellos los biocombustibles.
Al respecto, Rafael Suárez, director de Operaciones de Vuelo de Aeroméxico, consideró que, más allá del precio de este tipo de combustibles, el reto para que las aerolíneas opten por su consumo tiene que ver con la infraestructura de distribución.
“Uno de los grandes retos que implica la bioturbosina es cómo hacer llegar los recursos para que se refinen y, una vez refinados, hacer llegar la bioturbosina a los centros de distribución”, apuntó.
Según el ejecutivo, la reducción en el precio promedio de este insumo –que implica entre un 70 a 80% más respecto al precio de la turbosina actual– depende mayormente de la ubicación del centro de distribución.
“Hoy no tenemos disponibilidad porque las granjas de combustibles en todos los países del mundo fueron diseñadas para combustibles fósiles (...), se tendría que construir infraestructura para almacenar el biocombustible”, concluyó.
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