El Laboratorio de Ciencias Aerotransportadas DC-8 de la NASA realizará el próximo miércoles su último vuelo a la Universidad Estatal de Idaho en Pocatello, donde los aspirantes a técnicos aeronáuticos se capacitarán a través del programa de tecnología de mantenimiento de aeronaves de la universidad.
Michael Thomson, jefe de la rama de proyectos científicos del Centro de Investigación de Vuelo Armstrong de la NASA en California aseguró que el DC-8 realizó misiones en todo el mundo.
“El trabajo que hicimos en ese avión marcará la diferencia para las generaciones futuras al mejorar el pronóstico del tiempo, monitorear el espesor del hielo glacial, la calidad del aire y mejorar nuestra capacidad para predecir el desarrollo de huracanes a partir de tormentas tropicales”, añadió.
El Laboratorio de Investigación Aerotransportada es un Douglas DC-8 de cuatro motores altamente modificado utilizado por investigadores federales, estatales, académicos y extranjeros, así como por compañías como Boeing y United Airlines, que ha estado volando desde 1987.
El avión tiene 157 pies de largo con una envergadura de 148 pies, lo suficientemente grande como para albergar hasta 45 investigadores y tripulación de vuelo y transportar 30,000 libras de carga científica. Tiene un alcance de 5,400 nm y un tiempo de vuelo de 12 horas, volando dentro de la atmósfera entre 1,000 y 42,000 pies de altitud.
El DC-8 está equipado con un conjunto de sensores y sistemas de datos, así como con comunicaciones por satélite Iridium e Inmarsat, que lo hacen adecuado para una variedad de misiones.
Se utiliza principalmente para probar sensores satelitales y láseres espaciales, validar datos satelitales, proporcionar seguimiento y telemetría para vehículos de lanzamiento espacial que reingresan a la atmósfera y realizar una variedad de otros estudios.
Los datos recopilados por la aeronave se han utilizado para estudios en diversas disciplinas, desde la biología hasta la vulcanología. Fue un contribuyente clave, por ejemplo, a la Operación IceBridge de la NASA, el mayor estudio aéreo del hielo polar de la Tierra.
“El DC-8 ha llevado a científicos a muchas misiones para observar la composición atmosférica, cuyas aplicaciones más importantes son la calidad del aire”, dijo Hal Maring, científico de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA.
A principios de este mes, los miembros pasados y presentes del equipo DC-8 se congregaron en el Edificio Armstrong 703 de la NASA en la Base de la Fuerza Aérea Edwards, que albergó el avión durante gran parte de sus tres décadas, para recordar sus contribuciones a la ciencia.
El DC-8 ha viajado a lo largo y ancho en su búsqueda de descubrimientos científicos, volando alto en la atmósfera y sobre los siete continentes. Bill Brockett, que voló el avión durante 28 años, dijo que una expedición de 2009 a la Antártida era su favorita.
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