Café espacial
Este 9 de octubre, la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), un viejo anhelo en la región, cumplió dos años de haber sido lanzada oficialmente como iniciativa conjunta México–Argentina a escala regional.
La idea de crear una Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio no es nueva, las Declaraciones finales de la V y VI ediciones de la Conferencia Espacial de las Américas (CEA), en San Francisco de Quito, Ecuador (julio, 2006) y Pachuca, Hidalgo, México (noviembre 2010), pusieron de relieve la conveniencia de que cada Estado miembro de la CEA estudiase la posibilidad de instituir una instancia espacial nacional, y coadyuvar a la posterior creación de una agencia espacial regional, tendiente a impulsar las capacidades nacionales y regionales en ciencia, tecnología espacial y sus aplicaciones.
En México (2010), además de impulsar la creación de una agencia espacial regional, se destacó la necesidad de promover el diseño y fabricación del primer satélite latinoamericano. Asimismo, en 2016 durante el Congreso de la Federación Astronáutica Internacional (IAF-Guadalajara, México), así como en el 3er Foro Internacional del Espacio (Argentina, 2018), se reafirmó la importancia de crear una agencia espacial regional.
En ese contexto, el 9 de enero de 2020, México asumió la presidencia Pro Tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), mecanismo intergubernamental de concertación política e integración regional más importante, donde presentó un plan de catorce puntos tendiente a potenciar cooperación espacial y promover la fabricación de un nano satélite latinoamericano, entre otros proyectos para beneficio de la región.
El 2 de julio de 2020, tuvo lugar el Encuentro Latinoamericano y Caribeño sobre el Espacio de la CELAC (virtual), del que emanó una declaración conjunta para dar seguimiento a dicho plan acordado, y el 9 de octubre de 2020 los cancilleres mexicano y argentino, Marcelo Ebrard y Felipe Solá, firmaron un acuerdo para crear una agencia espacial latinoamericana. En este marco, se presentó la Declaración de la Constitución del Mecanismo Regional de Cooperación en el ámbito espacial, integrado a nivel ministerial por las Cancillerías de los países interesados en la región.
El 24 de julio de 2021, en la XXI Reunión de Cancilleres de la CELAC (Castillo de Chapultepec), México, que ostentaba la presidencia Pro Tempore y principal promotor de la iniciativa, signó con Argentina, Bolivia, Costa Rica, Ecuador y Paraguay un acuerdo para la creación de la ALCE. El 18 de septiembre del mismo año diecinueve estados firmaron el Convenio Constitutivo de la ALCE, durante la VI Cumbre de la CELAC realizada en el Palacio Nacional (México, 2021), y el 16 de marzo de 2022, el Senado de la República ratificó la creación de la sede de la ALCE en México. Con este acto, la ALCE quedó formalmente constituida. A la fecha, 20 países han firmado su adhesión (dos más lo están valorando) y se cuenta con siete ratificaciones de once necesarias (hay nueve ratificaciones en progreso) para la entrada en vigor del Convenio Constitutivo.
De acuerdo con el convenio constitutivo, el principal objetivo de la ALCE es coordinar las actividades de cooperación en el ámbito espacial de los países latinoamericanos y caribeños para el uso y exploración pacífica del espacio ultraterrestre, la Luna y otros cuerpos celestes.
Actualmente, la importancia estratégica de los asuntos del espacio es insoslayable, como también es relevante que México y todos los países miembros eleven este tema a un primer plano de la agenda nacional y regional. Es necesario que los gobiernos de la región tomen consciencia de la importancia de invertir en el desarrollo espacial y en la formación de capital humano especializado en el sector, para que las diferentes instituciones de gobierno, academia e industria (usuarias de servicios espaciales), coadyuven al desarrollo de capacidades regionales para los países de ALCE y sus agencias espaciales, lo cual legitimaría el liderazgo de ALCE ante la comunidad espacial global.
En perspectiva, y a la luz de los enormes desafíos que la ALCE enfrenta, personalmente veo de forma optimista los siguientes grandes retos a superar:
1. Las asimetrías existentes en la región, 2. La formulación de una agenda espacial común regional, un trabajo fino de diplomacia espacial, acorde con las necesidades del desarrollo espacial regional, 3. Más allá de la cooperación técnica y científica en proyectos (satélites EO, lanzaderas, estaciones terrestres, servicios y aplicaciones e investigación espacial, etc.), la necesaria construcción de capacidades espaciales nacionales y regionales, particularmente en la formación de capital humano, a través del trabajo conjunto de las universidades y centros de investigación especializados en la materia en toda la región, para una eventual participación conjunta en la exploración de la Luna y Marte. 4. La articulación de la industria a nivel regional (se requiere una importante estrategia de promoción de inversiones) impulsando la cooperación internacional y transferencia de tecnología, así como la creación de clusteres y consorcios especializados dentro de un ecosistema regional, que impulse la generación de conocimiento y desarrollo propios, con el fin de contrarrestar la dependencia tecnológica. 5. La articulación con la sociedad civil organizada, de donde proviene un importante impulso por construir comunidad espacial.
No debe olvidarse que, en la parte de formación, la región cuenta con el Centro Regional de Enseñanza en Ciencia y Tecnología del Espacio para América Latina y el Caribe (CRECTEALC), afiliado a las Naciones Unidas, que puede funcionar como brazo académico y de investigación para la ALCE, que además puede fortalecerse con las universidades de los países que integren la ALCE. Es necesario contar con un inventario de centros especializados en investigación espacial en la región (ICTE, INAOE, INPE…).
En cuanto a sociedad civil organizada, la región cuenta con la RELACA-Espacio, una red de universidades e instituciones y personas interesadas en la investigación y la promoción de la tecnología espacial, la política y el derecho del espacio ultraterrestre, la Fundación Acercándote al Universo (FAU-México) y Space Jano (Argentina) Red Internacional de Vinculación de Comunicación Espacial, entre otras iniciativas.
Sin duda, el trabajo realizado -en este primer tramo- por el canciller Marcelo Ebrard (quien conoce, entiende y promueve el sector espacial y su importancia para México) y el embajador Gustavo Cabrera, titular de ALCE, es muy aceptable. Se sabe que en breve se anunciará la sede oficial para la ALCE en Querétaro, y hay varias cuestiones pendientes, como son la estructura (órganos de gobierno), forma de operación, financiamiento (sistema de cuotas), colaboración con otras agencias, etc. No obstante, insisto, personalmente veo con mucho optimismo estos avances.
*Presidente de la FAU, director y conductor de Café Espacial Series.
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