La empresa multinacional de tecnología Honeywell y la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) completaron exitosamente una prueba de dos años que busca ofrecer vuelos comerciales a velocidades supersónicas, lo cual cambiaría de manera drástica a la industria ya que reduciría los tiempos de vuelo casi a la mitad.
Como es sabido, la principal barrera para efectuar vuelos supersónicos sobre áreas pobladas son las explosiones sónicas que se emiten cuando un avión viaja más rápido que la velocidad del sonido.
En ese sentido, Honeywell destacó que la prueba determinó el modo más efectivo de identificar el impacto de este fenómeno para la población en tierra.
Para esto, el programa piloto integró de manera satisfactoria un software predictivo y tecnología visual al interior de la cabina de vuelo, de manera que los pilotos puedan ver dónde y cómo afectan las explosiones sónicas.
Asimismo, esta tecnología podría ser incorporada a la tecnología del Avión Experimental de Baja Explosión Sónica que la NASA busca desarrollar en el futuro.
De acuerdo con Brett Pauer, subjefe del proyecto de tecnología supersónica comercial de la NASA, este tipo de vuelo está designado para recabar los niveles de ruido aceptables, lo que ayudaría a mitigar la contaminación auditiva y a remover la restricción de velocidad para vuelos supersónicos comerciales.
Con la tecnología predictiva y el conocimiento para aplicarla, los pilotos pueden cambiar el curso del vuelo y minimizar las explosiones sónicas”, comentó Bob Witwer, vicepresidente de tecnología avanzada de Honeywell. “Esto prefigura el regreso de los vuelos supersónicos comerciales”, añadió.
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