El desarrollo espacial es una de las áreas más innovadoras y prometedoras de la ciencia y la tecnología en el siglo XXI. Se trata de explorar y aprovechar los recursos y las oportunidades que ofrece el espacio exterior, tanto para fines científicos como comerciales. Sin embargo, no todas las regiones del mundo cuentan con las condiciones adecuadas para impulsar este tipo de actividad. ¿Qué se necesita para crear un clúster de desarrollo espacial, es decir, un conjunto de empresas, instituciones, infraestructuras y talentos que se dediquen a la investigación, el diseño, la producción y el lanzamiento de vehículos y servicios espaciales?
Para responder a esta pregunta, podemos tomar como referencia a dos de los clústeres espaciales más exitosos y consolidados del mundo: el de Bangalore, en India, y el de Tolouse, en Francia. Ambos tienen una larga trayectoria y una gran reputación en el ámbito espacial, y han contribuido a importantes logros y avances en este campo.
El clúster espacial de Bangalore se inició en la década de 1960, cuando el gobierno indio decidió establecer allí el Centro Espacial Vikram Sarabhai, el principal centro de investigación y desarrollo de la Organización India de Investigación Espacial (ISRO). Desde entonces, Bangalore se ha convertido en el epicentro de la industria espacial india, albergando a más de 500 empresas e instituciones relacionadas con el sector, entre las que destacan la propia ISRO, el Centro Nacional Aeroespacial (NAL), el Instituto Indio de Ciencia (IISc) y varias universidades y centros de formación. El clúster espacial de Bangalore se caracteriza por su enfoque en la aplicación social del espacio, con proyectos orientados a mejorar la educación, la salud, la agricultura y la gestión de desastres en el país. También destaca por su capacidad para desarrollar tecnologías propias y reducir su dependencia de proveedores extranjeros.
El clúster espacial de Tolouse se remonta a la década de 1950, cuando el gobierno francés decidió impulsar la investigación aeroespacial en esta ciudad del sur del país. Desde entonces, Tolouse se ha convertido en el centro neurálgico de la industria espacial europea, albergando a más de 800 empresas e instituciones relacionadas con el sector, entre las que sobresalen la Agencia Espacial Europea (ESA), el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES), Airbus Defence and Space, Thales Alenia Space y varias universidades y escuelas de ingeniería. El clúster espacial de Tolouse se caracteriza por su enfoque en la cooperación internacional y la competitividad global, con proyectos orientados a explorar el sistema solar, desarrollar satélites comerciales y militares, y liderar el mercado de los lanzadores espaciales.
A partir del análisis de estos dos casos, podemos deducir que para crear un clúster de desarrollo espacial se requieren al menos cuatro condiciones:
-Una visión estratégica y un compromiso político que apoyen e incentiven el desarrollo espacial como una prioridad nacional o regional.
-Una inversión sostenida y suficiente en investigación y desarrollo, infraestructuras y formación que permitan generar y transferir conocimiento y tecnología espacial.
-Una colaboración estrecha y efectiva entre los actores públicos y privados del sector, tanto a nivel nacional como internacional, que favorezca la innovación y la competitividad.
-Una atracción y retención del talento humano especializado y diverso que aporte valor añadido al clúster.
Estas condiciones no son fáciles ni rápidas de conseguir, pero son imprescindibles para construir un ecosistema espacial sólido y dinámico que pueda aprovechar las oportunidades que ofrece el espacio exterior. Por ello, es importante que las regiones interesadas en impulsar este tipo de actividad se inspiren en los ejemplos exitosos que existen en el mundo, pero también que adapten sus estrategias a sus propias realidades y potencialidades.
“Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de sus autores y pueden o no reflejar el criterio de A21”
Facebook comments