Hay muchas razones por las que el espacio debería ser una prioridad para los países en desarrollo. Primero, la infraestructura espacial puede ayudar a cerrar la brecha tecnológica entre las naciones desarrolladas y las naciones en desarrollo. En segundo lugar, la infraestructura espacial puede estimular el crecimiento económico mediante la creación de nuevas industrias y puestos de trabajo. En tercer lugar, la infraestructura espacial puede ayudar a los países en desarrollo a participar en la economía mundial. Finalmente, la infraestructura espacial puede mejorar la calidad de vida de las personas en los países en desarrollo, brindándoles acceso a nuevas tecnologías y conocimientos. Los países en desarrollo tienen mucho que ganar si invierten en infraestructura espacial. Las generaciones venideras sentirán los beneficios de tal inversión.
El desarrollo de la infraestructura espacial es una inversión a largo plazo, que paga dividendos en forma de avance tecnológico y crecimiento económico. Cuando se desarrolla una industria espacial nacional, la mayor parte del dinero que se invierte en sistemas espaciales vuelve a la economía nacional y promueve el crecimiento. El desarrollo del sector espacial reduce la fuga de cerebros, que es un problema importante para las naciones en desarrollo. La fuga de cerebros, en los países en desarrollo, se traduce en la pérdida de personas calificadas que podrían contribuir a desarrollar un sistema de innovación, lo que hace muy difícil alcanzar la “masa crítica” de científicos necesaria para consolidar sus sistemas de innovación. Actualmente, muchos científicos y tecnólogos de países en desarrollo, trabajan en países desarrollados porque no encuentran oportunidades en sus países de origen. La única manera de contrarrestarlo es generar las oportunidades para que el capital humano calificado se quede en su país de origen.
Está claro que la exploración espacial puede ser de gran beneficio para los países en desarrollo. Sin embargo, es importante señalar que estos beneficios solo se materializarán si los países en desarrollo realizan las inversiones necesarias en infraestructura y capital humano. Pero no solo esto. La inversión en infraestructura espacial debe ser cuidadosamente planeada, ya que hay que encontrar el equilibrio entre desarrollarla a través de la investigación y desarrollo autóctonos, o importarla de fuentes externas. Ninguna de las dos opciones es la ideal, porque desarrollarla desde cero puede llevar mucho tiempo, e importarla puede convertir al país en un mero operador con muy bajo valor agregado. Así, lo más conveniente es aportar a una mezcla de las dos, con una importante porción de transferencia de tecnología a la hora de adquirir la tecnología del exterior. Sin embargo, para que la transferencia de tecnología sea exitosa, hay un mínimo de requisitos que debe tener el país receptor, entre ellos, tener suficiente capital humano, una infraestructura mínima y capacidad organizativa.
También, como parte del desarrollo espacial, es importante promover la creación de empresas nacionales. Esto debe ser un esfuerzo del Estado, y no dejarse totalmente a las fuerzas del mercado. Para las empresas nacionales recién formadas, competir con empresas espaciales extranjeras establecidas no es fácil. Las grandes corporaciones extranjeras tienen una ventaja enorme sobre las empresas nuevas, porque han desarrollado sistemas espaciales a través de décadas de financiación gubernamental en investigación y desarrollo en sus países de origen. Además, estas empresas continúan recibiendo diversas formas de protección de sus gobiernos. Así que, para contar con piso parejo, los gobiernos de los países en desarrollo deberán impulsar el desarrollo de nuevas empresas espaciales a través de diferentes programas de fomento, como incentivos fiscales y compras de gobierno, entre otros.
El espacio es un esfuerzo importante para todos los países, pero es especialmente crítico para las naciones en desarrollo. Al invertir en el espacio, los países en desarrollo pueden mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, ser más independientes e inspirar a las generaciones futuras. Sin embargo, impulsar el desarrollo espacial no es fácil, requiere de enfoque, determinación y una visión de largo plazo. Solamente con estos ingredientes podremos llevar a los países en desarrollo a la Era Espacial.
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