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15/04/2025

Aviación e incertidumbre

Rosario Avilés / Viernes, 11 Abril 2025 - 01:00

La escalada de tensiones comerciales entre Estados Unidos y varios de sus principales socios, está encendiendo alertas en muchos sectores económicos y el transporte aéreo no es la excepción. La guerra arancelaria impulsada por Washington, con la idea de proteger su industria nacional y corregir sus muchos desequilibrios comerciales, ha derivado en un ambiente de incertidumbre a nivel global. Las represalias comerciales, la inflación y la creciente desconfianza de consumidores y empresas muestran escenarios complejos que amenazan con una nueva recesión. La industria aérea enfrenta retos monumentales una vez que los nubarrones de la pandemia parecían haberse quedado atrás. Uno de los efectos más inmediatos es la disminución de la demanda de vuelos. Ante el deterioro del clima económico y la creciente volatilidad en los mercados, tanto empresas como viajeros en lo particular están reduciendo sus viajes. Esto se traduce en menores ingresos para las aerolíneas, que ya han comenzado a ajustar sus previsiones financieras a la baja. 

En Estados Unidos, aerolíneas como Delta y American Airlines reportan caídas en sus reservaciones y advierten que el segundo trimestre podría cerrar con resultados por debajo de lo estimado. El consumidor promedio, enfrentado al aumento de precios de bienes y servicios y a un entorno económico incierto, prefiere postergar viajes no esenciales, mientras que muchas empresas optan por limitar sus desplazamientos internacionales como medida de austeridad.

Además de la caída en la demanda, el sector enfrenta un aumento considerable en sus costos operativos. Los aranceles impuestos sobre una amplia gama de bienes afectan directamente a la industria, ya que muchas aerolíneas dependen de componentes importados para el mantenimiento y operación de sus flotas. Desde piezas de repuesto hasta equipos electrónicos, los nuevos impuestos encarecen los procesos y presionan los márgenes de rentabilidad. A esto se suma la creciente inflación que eleva el precio del combustible, uno de los principales costos operativos de cualquier aerolínea. Las compañías trasladarán  sin duda, estos costos al consumidor mediante el aumento en las tarifas, lo cual a su vez refuerza la caída en la demanda.

Otro factor preocupante es el impacto sobre el turismo internacional, un pilar esencial para muchas aerolíneas. La guerra arancelaria ha deteriorado la imagen de Estados Unidos en varios mercados clave, incluyendo China, la Unión Europea y América Latina. Esta percepción negativa, alimentada por las tensiones políticas y económicas, podría traducirse en una disminución de visitantes hacia territorio estadounidense. 

Un menor flujo turístico implica menos ingresos por vuelos internacionales y afecta a las rutas más rentables. Países como México y Canadá, afectados por los aranceles, ya han expresado su preocupación por el efecto que estas medidas están teniendo sobre el turismo bilateral.

Por otro lado, la industria aeronáutica también sufre las consecuencias. Boeing, uno de los gigantes del sector, enfrenta obstáculos en su cadena de suministro debido a los aranceles aplicados sobre materiales y componentes que vienen del extranjero. Esto retrasa la entrega de nuevos aviones y dificulta los planes de expansión de las aerolíneas que dependen de estas entregas para renovar sus flotas y mantenerse competitivas.

En este escenario, las aerolíneas se ven obligadas a replantear sus estrategias: optimización de rutas, ajustes en la capacidad instalada, renegociación de contratos y mayor eficiencia operativa, son medidas que se vuelven urgentes. Vivimos tiempos complejos. E-mail: raviles0829@gmail.com

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