Ayer, durante la reunión del Comité de Horarios del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el director de esta terminal aérea, el Vicealmirante Carlos Velásquez Tiscareño, anunció su renuncia a este encargo, ya que ha recibido una nueva misión en otro proyecto de la Secretaría de Marina.
Ya durante la LVIII Asamblea General Ordinaria de la Cámara Nacional del Aerotransporte, Canaero, donde Diana Olivares fue reelecta por segunda vez para un tercer período, el Almirante Tiscareño dirigió unas palabras a los representantes de la industria donde, además de hablar de la aviación comercial y la necesidad de velar por la buena marcha de la industria, dejaba entrever su salida.
Pese a las decisiones presidenciales sobre el AICM que tuvo que instrumentar, algunas de ellas muy impopulares como fue el caso de la reducción de los slots de 61 a 43 por hora, Velásquez Tiscareño deja una huella muy positiva entre los operadores aéreos que utilizan al AICM, sobre todo porque en su trato fue justo, apegado a sus atribuciones y porque tuvo una política de puertas abiertas y comunicación asertiva.
Realmente no es cosa menor que en tan poco tiempo, alrededor de 21 meses, se haya logrado poner orden en el uso de slots (cosa que le valió no pocas críticas) pero que era necesario porque el uso manejo discrecional de esos horarios de operación mostraba a las claras la falta de un liderazgo que se apegara a la normatividad vigente.
Otros de los asuntos que enfrentó Tiscareño fue regularizar a los comercios que operan al interior de los edificios (dentro y fuera de la zona estéril); reforzar el control de ingreso en la zona aire, lograr que todos los inquilinos de hangares pagaran sus rentas, el pago de muchos adeudos de operadores aéreos y terrestres, como los taxis y locatarios y muchos otros cambios, algunos que se notan y otros no, pero ocurrieron.
Desde luego que falta mucho por hacer. Tantos años de inercias y tan poco dinero disponible para mantenimiento no son problemas fáciles de remontar. Y es que, en efecto, el recurso que se requiere para hacerle frente al mantenimiento integral del AICM no ha estado disponible debido a la mala negociación que, en su momento, hizo la secretaría de Hacienda con los inversionistas que habían apostado a la construcción del NAIM en Texcoco y que quitó al AICM el acceso a los dineros necesarios para el mantenimiento que se habían reservado en el Fideicomiso de captación de las TUA’s, cuando se colocaron los bonos del NAIM. Estamos hablando de más o menos 5,000 millones de pesos anuales.
Sin estos recursos, era obvio que el deterioro en que cayó el AICM en esta administración no sería fácil de revirar. Por otro lado, los equipos de revisión requieren constante actualización y en cuanto a las distintas agencias que interactúan en esta terminal aérea, es difícil coordinar que todas ellas se alineen en un mismo objetivo de servicio a los usuarios, cuando existen tantas prácticas añejas.
Esto se pudo controlar gracias al mando único de Semar y a que varios de los representantes de las diversas autoridades en el AICM provienen de esta misma institución. Tocará al nuevo director del AICM seguir adelante con ello. Gracias, Almirante Tiscareño. E-mail: raviles0829@gmail.com
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