Pasar al contenido principal
25/11/2024

El dilema del Aeropuerto de la CDMX

Rosario Avilés / Lunes, 15 Agosto 2022 - 22:03

Nada le gustaría más a los constructores del Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) que convertir a esta infraestructura en la única gran terminal aérea metropolitana. Es cierto que todo es posible, pero no todo es viable económica, operativa y financieramente hablando. La prisa por cancelar Texcoco le ganó a la 4T y, de haber sido un poco más cuidadosos, podrían haber revisado los muchos proyectos aeroportuarios del Valle de México y pisar firme para utilizar la infraestructura de transporte para un gran plan de desarrollo urbano.

Como el hubiera es tiempo perdido, no nos queda más que seguir trabajando con lo que hay. Lo que es un hecho es que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) está ahí, es una terminal aérea con todas las aprobaciones, lleva años operando con seguridad y hasta junio pasado había recibido 21.7 millones de pasajeros, 226 mil toneladas de carga y tiene 9 concesionarios, además de 50 permisionarios y 4 operadores.

Es decir, tenemos un Aeropuerto que hay que cuidar y al cual tenemos que observar de forma objetiva. Es verdad que tiene muchas carencias, que la falta de mantenimiento y sus problemas inherentes la hacen parecer mucho más deteriorada de lo que en realidad está, pero las labores de reforzamiento y modernización no tienen por qué generar más problemas de los que ya hay. No es necesario cerrar, no se va a caer, nadie se va a morir, pues.

Lo primero que se debe hacer y afortunadamente hay consenso, es reforzar la Terminal. Desde el punto de vista estructural y de construcción, existen dos opciones. Una costaría 600 millones de pesos, que incluso el gobierno de la Ciudad ya tiene listos y es una alternativa de recimentación definitiva. La otra opción es intermedia y cuesta un poco más (56 millones adicionales), pero es más rápida. Parece que ya se ha optado por la primera y esto supone reforzar 56 mil m2, construir una losa de fondo y muros de recarga para apuntalar la contratrabe, que se colapsó en el terremoto del 2017, así como demoler algunas partes. La obra tomará 13 meses, de modo que es posible que en octubre del 2023 ya esté lista.

Es obvio que no bastará con ello. Aún es indispensable trabajar en el rodaje Bravo, en el drenaje, en las bombas y cárcamos, en el reforzamiento de la Terminal 1 y un largo etcétera, pero es mejor empezar de una vez. Entre otras cosas, también es indispensable trabajar en una coordinación más eficaz, pues 13 autoridades tan diversas conviviendo en un solo recinto deberían apuntar a un centro de mando colegiado, pero en un solo sentido.

Ahora bien, la idea de limitar el número de operaciones sigue en pie, y es evidente que el argumento para ello debe tener un fuerte componente técnico que lo justifique. Se estima que el número máximo de operaciones por hora se fije entre 52 y 53, pero habrá que estar pendientes del estudio que la misma IATA inició hace unas semanas.

¿Esto logrará que el AIFA tenga más operaciones? Aún es incierto. El eje central debería ser el acceso fácil para los pasajeros. La parte de la ecuación que, aunque es la piedra angular, parece olvidada. E-mail: raviles0829@gmail.com

 

Facebook comments