El 25 de mayo del 2021, la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos informó a México que lo catalogaba como un país en Categoría 2 (es decir, considerado como con una autoridad que no puede garantizar que se siguen los lineamientos de los anexos 1, 6 y 8 de la OACI en materia de seguridad operacional), entre otras 27 razones, esta baja se daba porque la autoridad de aviación civil de nuestro país no contaba con el suficiente personal verificador y por tanto, no podía garantizar esa seguridad operacional.
Específicamente, los inspectores de la FAA señalaron que en nuestro país no hay una capacitación constante y adecuada del Personal Técnico Aeronáutico, ni de inspectores, ni del personal que realiza las evaluaciones de los exámenes.
Se supone que para subsanar esta deficiencia, la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) tiene en su seno al Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC), institución que fue creada en 1953 bajo los auspicios, en aquel momento, de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), el máximo organismo normativo de la aviación civil en el mundo.
El CIAAC es una institución que en algún momento de su vida llegó a tener un enorme prestigio a nivel mundial. De sus filas egresaron cientos de tripulantes, de controladores y meteorólogos pero no sólo de este país sino de muchos en América Latina. Muchos pilotos o controladores, o directores de Aeronáutica de países de la región egresaron del CIAAC y orgullosamente lo decían.
Sin embargo, al paso del tiempo el CIAAC fue perdiendo protagonismo y prestigio. Su presupuesto se fue reduciendo cada día más, en algún momento hasta se cuestionó si debería continuar existiendo, porque surgieron muchas otras instituciones de formación del personal técnico aeronáutico e incluso con las crisis que forzaban la desaparición de aerolíneas, se decía que había exceso de pilotos.
El caso es que esta gran institución vino a menos. Siguiendo el destino de la Dirección General de Aeronáutica Civil, que por alguna razón extraña se convirtió en el patito feo del sector y recibía escaso presupuesto, el CIAAC fue muriendo de inanición y quedó en un círculo vicioso de falta de dinero y magros resultados, por lo cual menos presupuesto se le asignaba.
Por su parte, ASA creó hace unos años el Centro Internacional de Instrucción de ASA (CIASA) “Roberto Kobeh González”, nombre que se le asignó como homenaje a quien fuera presidente de OACI, el mexicano que más alto ha llegado en esta industria. Desde entonces se dijo que sería deseable que ambas instituciones se unieran para que los recursos que tienen puedan potenciarse y para que México vuelva a adquirir aquel prestigio que tanto lustre le dio.
Sin duda no será fácil hacerlo, pero ha sido mucho peor dejar casi morir al CIAAC y estar hoy en una situación que requiere auxilio inmediato. Su directora, Martha León, ha dicho que el reto que tiene enfrente es monumental y sin duda lo es, por eso es urgente que la subsecretaría de Transporte apoye la recuperación.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
E-mail: raviles0829@gmail.com
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