Los vehículos aéreos no tripulados, conocidos como Drones, están creciendo exponencialmente y ya plantean un problema que no es de fácil solución pues hasta ahora se les ha manejado con reglamentaciones escuetas, casi como sucede con el aeromodelismo y es probable que ya se requiera un estudio más amplio para normar su operación.
Según la consultora en tecnología Gartner, en el 2017 se vendieron 3 millones de drones y la industria alcanza un valor de 6 mil millones de dólares. Sin embargo, en el 2020 esta cifra llegará a 11,200 millones de dólares. Por su parte, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) tiene un programa especial para dar seguimiento al crecimiento de este mercado que, sin duda, crecerá hasta alcanzar niveles quizás semejantes a los que hoy tiene la aviación comercial y no se ha descartado aún que algún día se empiecen a construir aviones de uso comercial sin tripulantes.
La IATA considera 8 diferentes tipos de Drones que, aunque son muy parecidos, tienen sus particularidades. Hay ciertas distinciones como aeronaves no tripuladas (UA) y sistemas piloteados a distancia, etc., a lo que se une la distinción por el uso que se le da a este tipo de aparatos.
En ese sentido, ya existen drones en diversas actividades. Uno de los más socorridos es el entretenimiento (fotografía, video, etc.) hasta vigilancia, mensajería, reconocimiento para labores humanitarias, etc.
En el rubro de carga, sin ir más lejos, hay empresas que ya tienen sus flotillas de drones, los vendedores e-commerce, como Amazon, ALibaba, Walmart, etc.; los integradores como DHL y UPS; los servicios postales nacionales como Francia, Suiza, Singapur, Australia, etc.; organismos con actividades humanitarias, como la UNICEF, Médicos sin Fronteras y otros; o los de emergencias médicas, que se dan en países como Alemania, Lesotho, Rwanda, Malawi, a través de fundaciones que tienen este giro.
En cuestión de aeropuertos, hay diversas operaciones que contribuyen a hacer más seguro el entorno con estos aparatos. No olvidemos el control de fauna y en particular las aves; inspección de aeronaves, vigilancia e inspección, etc. Y en el rubro de pasajeros, aunque todavía estamos hablando de un asunto de largo plazo, ya se estudian diversos vehículos no tripulados como taxis terrestres o aéreos y –muy cuestionado sin duda- el tema de las aeronaves comerciales.
Para hacerle frente a este gran reto que viene y que se vislumbra en datos tan sencillos como que en 2016 la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos, (FAA) tenía registrados apenas 20 mil drones mientras que este año el número se elevó a 770 mil, la IATA está focalizada en tres temas torales: Seguridad, Administración del Tránsito Aéreo e Integración de los dos “modos” de aerotransporte.
En el tema seguridad, IATA ha estado trabajando con 16 organizaciones europeas , incluyendo empresas de helicópteros y de servicios de emergencia para concientizar a todos los actores implicados. La educación y la difusión han sido muy importantes, así como el entrenamiento de pilotos de drones, esquemas de otorgamiento de licencias y de requerimientos médicos.
En el caso del tránsito aéreo la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) estudia ya un nuevo marco de tráfico de drones para garantizar que no habrá un impacto en la capacidad y eficiencia del flujo de aeronaves tripuladas, lo que incluye una nueva definición de los espacios aéreos. Finalmente, la IATA es consciente de que los drones representan un nuevo concepto de negocios que va a revolucionar muchas prácticas comerciales y de servicios, por lo cual es indispensable que desde ya se trabaje en las tecnologías para mitigar los riesgos. Sin duda, un gran reto.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
E-mail: raviles0829@gmail.com; twitter: @charoaviles
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