Se acerca implacablemente el fin de año y por ende la última gran temporada alta del calendario turístico. Lógicamente, los proveedores de servicios están ávidos de atraer a los viajeros; no los culpo, pero hay maneras más profesionales que otras de hacerlo.
Luego de escuchar en la radio los frecuentes anuncios publicitarios emanados de las entidades cívico-militares, incluidas los de la nueva aerolínea del estado mexicano, es decir, la que ahora llaman Mexicana, recuperando en ellos ese mítico eslogan: "la primera siempre será la primera”, honestamente me nace el deseo de hacerles nuevamente el pequeño regalo que en su momento intenté darles a mis antiguos jefes militares, muchos de los cuales entiendo siguen en sus puestos en las empresas civiles de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), hoy simplemente Secretaría de la Defensa o SEDE, administrando ya sea la aerolínea o los aeropuertos a su cargo, en mi humilde opinión, sin dar buenos resultados para México, por el contrario, dilapidando valiosos recursos fiscales y humanos de la nación que bien podrían ser empleados en temas verdaderamente prioritarios como son la seguridad, la salud, la educación, etc.
Por lo menos a este columnista no le queda claro, y menos aún luego de escuchar esa publicidad con tan evidentes tonos marciales ¿qué es lo que me ofrece al mercado Mexicana que no ofrezcan ---y mejor, otras aerolíneas, por ejemplo Viva Aerobús, que además de estar anunciando en estos mismos tiempos un cambio en su nombre, el cual pasa a ser nada más Viva, está dando a conocer innovadores conceptos tarifarios que en una de esas benefician a sus pasajeros?
Sé que el reto que tienen los administradores de la operadora es mayúsculo toda vez que su competencia comercial es muy fuerte. Sin embargo, y tal y como como se lo hice saber en su oportunidad a mi antiguo superior jerárquico de uniforme de todo un general, me parece que el Talón de Aquiles de Aeroméxico, Viva y Volaris es la calidad de su servicio, constituyéndose por ende en una oportunidad para la aerolínea, si es que deciden aprovecharse de ella, especialmente ahora que van a llenarse de aviones Embraer nuevos que deben ser aprovechados sosteniblemente, algo que por lo menos hacía finales del año 2023 no era la intención, tanto así que dicho alto mando me regañó por haber osado emplear al buen servicio como diferenciador, contradiciendo con un contundente "la calidad no se puede medir", rechazando mi regalito que consistió y de hecho consiste nuevamente en ese consejo que alguna vez les compartí y por lo visto no hicieron caso; me refiero a la necesidad de que Mexicana cuente con un estudio de mercado profesionalmente elaborado, contratando, por favor no a la manera castrense y opaco dedazo, sino de forma transparente e imparcial como marca la ley, a un despacho de mercadotecnia e investigación de mercados que con plena libertad académica, es decir, sin presiones para orientar los trabajos hacia cierto destino, les elabore y entregue a la brevedad un documento que identifique necesidades de la demanda, si es que la hay, que sirva de base para diseñar un plan para satisfacerlas, a partir de lo cual se deberá plantear, ahora sí, una estrategia publicitaria que destaque aquello que la aerolínea ofrece al mercado a diferencia de su competencia y no mensajes que la verdad no dicen nada que llame la atención de nadie.
No albergo muchas esperanzas de que los mandamases en Mexicana acepten mi regalo y hagan su tarea en beneficio del país que dicen defender, ofreciendo a la oferta de aerotransporte mexicano algo que sirva de verdad y se dejen de “jugar a los avioncitos” con mis impuestos operando una aerolínea sin rumbo, mal planeada, mal administrada, subsidiada de manera poco transparente por el estado, y lo que es peor: sin demanda demostrada, que no abona a la salud de la oferta en los cielos nacionales, presionando deslealmente la salud de las actuales operadoras.
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