Se veía venir: a comienzos del año 2017, Air France anunció el intercambio de los últimos dos Airbus A380 que tenía en pedido por equipos A350. Una de dos: o el A380 no cumplía con lo prometido, o el modelo había resultado demasiado grande para las necesidades de la aerolínea.
Parece ser que lo último es lo más cercano a la realidad; de hecho, desde hacía unos años versiones emanadas de sus funcionarios apuntaban a ello: “El avión solamente puede operar rentablemente en un puñado de rutas”, dijo alguno de ellos.
Quiero pensar que entre esas rutas se encuentra el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), de lo contrario, significaría que en un plazo no mayor a dos años perderá a una de sus mayores estrellas. Y es que Air France acaba de anunciar planes de reducir a la mitad su flota de A380 para terminar conservando hacia el año 2020 solamente las cinco unidades de las que es dueña.
No falta quienes apuntan que, de no ser por la baja demanda que tienen los ejemplares de segunda mano, la aerolínea bandera de Francia se desharía por completo del modelo.
Comprensiblemente, y por razones políticas y estratégicas, Air France se ha caracterizado por operar aeronaves emanadas de la añeja y muy prestigiada industria aeroespacial europea -francesa en particular-, resulten o no rentables. Paradójicamente, se convirtió en cliente de lanzamiento, por ejemplo, de una aeronave tan icónica y apasionante, pero enormemente costosa y por ende deficitaria, como el Aérospatiale/BAC Concorde.
También lo fue del creador de tendencias en el aerotransporte moderno, el Airbus A300, que recordemos además fue el primer producto de este fabricante que rivalizó con Boeing en el liderato aeroespacial mundial. Hasta llegar al A320, una de las aeronaves más exitosas e igualmente evolucionarias de la historia.
Lo cierto es que, tal y como lo habíamos hecho notar cuando comentamos el inicio de operaciones del A380 en el AICM, allá por el mes de enero de 2016, salvo el caso de Emirates -que ostenta la mitad de todos los pedidos en firme, sin duda la mejor carta de presentación del avión-, el resto de los operadores del A380 no parecen muy contentos que digamos con tenerlo en sus flotas, tanto así que algunos (Malaysia Airlines) hasta han intentado desprenderse de él.
Algo que me gustaría dejar claro ante mis estimados lectores es que no soy un detractor del A380, por el contrario: veo al gigante ensamblado en Toulouse como una impresionante maravilla de la ingeniería aeronáutica que quizás llegó al mercado demasiado temprano.
Estoy convencido que conforme la demanda de aerotransporte siga creciendo y la infraestructura que la atiende continúe saturándose, se requerirán equipos de mayor capacidad. Será entonces cuando se justifique más la utilización de aeronaves en su categoría.
Es así que hago votos para que el mercado de la Ciudad de México se mantenga lo suficientemente robusto como para convencer a Air France de mantener al impresionante A380 en él. Esperemos que así suceda y no tengamos que escribir pronto una nota sobre su despedida de nuestros cielos, toda vez que veo muy difícil que alguna otra aerolínea que opera en México y lo tenga su flota, decida traerlo.
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