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30/01/2025

Comunicación de Calidad

Gonzalo Carrasco / Miércoles, 29 Enero 2025 - 01:00

Últimamente he estado leyendo y releyendo reportes de ese gran organismo llamado NTSB: la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (National Transportation Safety Board) de origen norteamericano. Muchos de ellos van a dar a algo que es vital y que cualquier persona dedicada a la aviación debería guardar dentro de sus premisas más valiosas, la COMUNICACIÓN y, mejor dicho, la CALIDAD de la Comunicación.

He puesto especial atención a las comunicaciones que existen en el único binomio indispensable: pilotos y controladores, entre estos dos individuos, ya sea de torre de control, de control radar, de aproximación y los que, además de estos, surjan y las tripulaciones aeronáuticas; de hecho, esta dupla es la que generaría algún tipo de inseguridad si no se comunica adecuadamente.

¿Cómo se lleva a cabo la comunicación en aeronáutica? Básicamente se emite una instrucción y se recibe por un piloto, este último debe colacionar (repetir la orden emitida por el controlador de tránsito aéreo) dicha instrucción para que el emisor esté seguro de que su instrucción fue recibida y entendida adecuadamente. Para empezar, quienes realizan las comunicaciones aéreas deben ostentar una licencia de radio operador emitida por la autoridad aeronáutica la cual debe renovarse cada determinado tiempo.

La aviación ha avanzado tanto y la ocupación del espacio aéreo ha sido tan violenta producto de la inclusión de las actividades aeronáuticas en las economías de los países que hay espacios aéreos que ya acusan una saturación notable. Ante este escenario el apego a los protocolos para comunicarse debe ser seguido de una manera más acuciosa; poco a poco el permitir distractores en fases críticas de operación constituye un verdadero riesgo a la seguridad de los vuelos.

El gran problema que tenemos la gente que de una forma u otra nos dedicamos a actividades aeronáuticas es que los distractores se van sumando y los atendemos más, cada día aparecen nuevos, el teléfono celular es uno de ellos, de hecho, esos aparatos son verdaderas computadoras con todos los atributos de estas. También las pláticas en las áreas de trabajo de, por ejemplo, temas sindicales sin esperar el momento propicio para realizarlas fuera de las áreas de trabajo y en momentos propicios, esto parece no comprenderse adecuadamente y con tal de no “enemistarse” con representantes sindicales se les permite que distraigan las delicadas actividades de volar un avión, de controlar tráficos. Parece que se hace mucho por evitar incidentes o accidentes, pero la realidad es otra, cada vez se tienen más incidentes en aviación, pero esto se niega o no quiere reconocerse porque crearían “desprestigio” en quien o quienes deben reconocerlos y hacer todo lo que esté al alcance para que no se repitan.       

Con la aparición de las redes sociales y la oportunidad que se tiene de exhibir algunos asuntos que tienen que ver con nuestro trabajo y nuestra vida personal algunos han abusado realizando actividades fuera de lo que está permitido en el desarrollo del trabajo en las cabinas, parecería que es más importante exhibir lo que se hace a coadyuvar con la seguridad de los vuelos. Aunque tanto empresa como sindicato tienen reglamentos en los que se prohíbe atentar contra la seguridad, esto escrito perfectamente claro, no se sigue y se permite que algunos lo hagan poniendo en entredicho la seguridad. Hoy por hoy nada sucede si se realiza algún video mostrando las actividades en las cabinas, bueno, hasta bailes se muestran en horas de trabajo y en recintos que deben utilizarse solamente para el propio trabajo. Se filman procedimientos de despegue, de aproximaciones, de aterrizajes dejando lugar a pensar la poca seriedad con la que se realiza nuestro trabajo. Debe terminarse con estas complacencias que nos hacen menos seguras las cabinas de vuelo y de control que lo único que propician es que se distiendan los protocolos y se arriesguen de más las cosas. Es importante que cada quien asuma las consecuencias de sus actos y se les reprenda con energía y con deseos de que las cosas se cambien por ambientes más seguros que antepongan, antes que todo, la seguridad de las operaciones aéreas.  

Hace rato hablaba de que tanto emisor como receptor deben contar con una licencia de radio-operador restringido siendo capaz de entablar y entender las comunicaciones aeronáuticas no solo en el propio idioma del país en que se trabaja sino en el idioma inglés, esto último también es verificable por la autoridad aeronáutica. Sí no se respetan los protocolos de seguridad implícitos en todos los procedimientos consuetudinarios de los vuelos es más probable que se propicien errores en un idioma que no es el nuestro. Los aeropuertos y los procedimientos de acceso a estos y de salida se van complicando cada vez más, la meta de los grupos que administran las terminales aéreas es que el tráfico se incremente, se construyen pistas nuevas, se multiplican las calles de rodaje, se modifican los nombres de estas calles o de las mismas pistas y si no se pone atención a los cambios se está propenso a caer en errores que junto con otras inconveniencias pudieran constituir un verdadero peligro para la aviación.

La autocomplacencia es un veneno que actúa en contra de la seguridad aérea y el no reconocer que esta se encuentra presente y lista para entrar en las operaciones aéreas y que es algo que debemos evitar podría ponernos en verdadero peligro y llegar a desencadenar un accidente. El apego al SMS muchas veces es ficticio o simulado o, en el peor de los casos, ignorado y esto resulta verdaderamente dañino ya que nos hace pensar que todo está marchando bien y resulta que estamos más vulnerables de lo que imaginamos. A pesar de que muchos decimos que todo está bien, en realidad no lo está porque se siguen presentando incidentes y algunos con tintes de accidente que, aunque se niegue ahí están y para acabarla de arruinar se repiten los mismos

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