Hace unas semanas, líneas aéreas emblemáticas de Inglaterra y Australia (British Airways y Qantas), se deshicieron de su flota de aviones B747, aeronaves de gran capacidad y de alcances enormes, que eran unos verdaderos barcos, edificios volantes y llevaban consigo entre cuatrocientos y seiscientos pasajeros, esto aunado a que otras líneas han decidido prescindir de los enormes A380. Esta decisión marcó el fin de la era de los súper jumbo. Sin embargo, es importante preguntarse, ¿por qué surgió en primer lugar?
Es bueno saber que el diseño de los aviones se lleva a cabo de acuerdo con las necesidades de transporte, se establece para qué se quiere contar con un determinado tipo de transporte y los alcances que se pretende que cubran estos, si se pretende transportar mercancías o personas o ambos. Se echa a andar la maquinaria de diseño donde se congrega todo tipo de especialidades técnicas, Ingenieros, Diseñadores industriales, etcétera, etcétera.
Si revisamos la historia de la aviación veremos que las capacidades de los aviones fueron dadas, en primer lugar, aprovechando los bombarderos que dejaron de volar al término de la Segunda Guerra Mundial o surgieron como consecuencia de la inercia en la fabricación que siguió cuando terminó el conflicto general. Aeroplanos y pilotos se reconvirtieron al ambiente civil, se acondicionaron las cabinas para alojar pasajeros en lugar de militares y/o bombas y armamento, se hizo hincapié en la seguridad con la que debían ser operados. Ahora ya no había enemigos en otros aviones de quienes cuidarse y que pudieran derribar aeronaves, el enemigo a vencer sería el inclemente tiempo, las fallas mecánicas y la falta de capacitación de los pilotos y otros desafíos nacidos de la operación de muchos vuelos alrededor del mundo.
Las capacidades de los aviones y los alcances crecieron, ahora los enemigos se convirtieron en competidores comerciales, también emergieron aliados, jugadores a vencer, esto dio origen a una aviación diferente. Por otro lado los países antes en guerra ahora tenían que llegar a acuerdos en materia de aviación civil, los factores de influencia se redefinieron y cobraron diferentes prioridades. El reto fue comunicar al mundo de manera rápida y segura, para esto tenían que caminar todos juntos y desarrollar habilidades conjuntas. Surgieron sociedades y organizaciones que aglutinaron miembros con objetivos contextualizados en un ámbito de paz y así se tendría que caminar a partir de entonces, como se hace hasta nuestros días.
Los factores a considerar al poco tiempo fueron: llevar más pasajeros, buscar una mayor velocidad en las aeronaves, comunicar al mundo de una manera más rápida, volar más alto y con esto evitar los peligrosos vuelos cerca de los cerros y las tormentas. Después se hizo menester llevar más pasajeros, hacerlo de manera mucho más ágil, hacerlo con un máximo de comodidad, de manera segura y eficaz y llegar más lejos. Con base en estas necesidades, surgieron los verdaderos “barcos” voladores que volaban muy rápido, llevaban a muchos pasajeros y surcaban los aires arriba de los océanos, volaban muchas horas y para esto necesitaron aeronaves de cuatro motores. Nacieron los enormes B747´s, fueron los amos y señores del aire por muchos años, no tenían par pero, debido a los altos costos de operación, estas actividades se dejaron a las grandes y prestigiadas líneas aéreas de países dominantes.
Después se experimentó cruzar los océanos con aeronaves de tres motores, se conservaron los factores de los de cuatro, se redujo un poco la capacidad de pasajeros pero se lograron avances sustantivos, se lograron consumos de combustible menores. No les duró mucho el gusto porque ahora se preguntaron si no era posible cruzar los océanos con dos motores, gran reto el que se plantearon los diseñadores de aeronaves comerciales. Comenzaron a plantear la posibilidad de volar grandes distancias con dos motores y, por supuesto arriba de los mares. Para esto se trabajó en el diseño de un método que les permitiera elevar al máximo la tecnología, trabajaron en la multiplicación de los conceptos de redundancia y eficiencia. Los sistemas de los aviones modernos de dos motores que cruzan los mares son mucho más sofisticados, los motores mucho más eficientes y seguros, se logró que los aviones con falla volaran perfectamente con un solo motor al dirigirse a un aeropuerto alterno. Empezaron con vuelos sobre el mar pero separados poco tiempo de la costa y, no solo eso, sino de aeropuertos alternos que sirvieran de soporte en caso de fallas o emergencias. El tiempo de separación de las costas se fue incrementando y ahora tenemos aviones que cubren las exigencias de vuelos que llegan a los doscientos cuarenta minutos de separación de las costas o más bien de aeropuertos alternos. Todo esto vino a incidir en la decisión de terminar con las vida de los aviones de cuatro motores.
El reto era volar mucho tiempo, llevar muchos pasajeros, rápido y seguro; los aviones de dos motores cumplían con esto y con poco menos de la mitad de gasto de combustible. La suerte de los enormes aviones de cuatro motores y de grandes distancias estaba echada, no había que buscarle mucho, la vida de los hermosos aeroplanos de cuatro turbinas estaba decidida. Estoy seguro de que la terrible pandemia por la que atraviesa el mundo no desaparecerá en un buen rato, que los transportes de gran cantidad de pasajeros y que, sin dudarlo, contribuyeron a la propagación del covid-19, afianzó la decisión de reducir la capacidad de pasajeros en los aviones. Las líneas aéreas están pasando por la peor crisis de sus vidas, en el mundo entero están despidiendo pilotos y trabajadores de soporte, los pasajeros están trabajando con factores de ocupación pírricos, en muchas ocasiones. Hay que aguantar el vendaval, la lucha es por supervivencia, se debe hacer más con mucho menos. Se deberá ahorrar en cada operación, el apego a los lineamientos mundiales y locales, es imprescindible, no se le puede dar la vuelta, la sana distancia, factor único para evitar contagios, según las autoridades sanitarias de todos lo países, no se puede respetar en los viajes en avión por lo que las medidas alternas para evitar contagios debe ser observada sin sesgos y puntualmente.
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