Desde hace tiempo estaba anunciada la auditoría por parte de OACI a México, misma que fue demorada debido a los problemas causados por los años de la epidemia del Covid.
Desde la pasada auditoría por parte de FAA, en la que se pudo regresar a la categoría 1, y al haber cumplido muy apenas con los requisitos para quitarnos el castigo, muchos sabíamos, al igual que nuestras autoridades aeronáuticas, que no podrían cumplir con todos los requisitos de seguridad contemplados en los diferentes anexos de OACI y con su auditoría periódica que estaba por venir.
Los fines y objetivos de OACI son desarrollar los principios y técnicas de la navegación internacional y fomentar la organización y el desarrollo seguro y ordenado del transporte aéreo Internacional.
La fecha llegó y en la primera etapa de esta nueva revisión de seguridad a México, los auditores de OACI encontraron 140 ‘’No conformidades’’ después de que AFAC debió contestar y probar con documentos 790 cuestionamientos .
Por lo visto, tal parece que habrá que esperar en qué otros requerimientos se falla en la segunda etapa de esta auditoría que está programada del 6 al 14 de Marzo de este 2024.
La buena noticia es que los resultados de esta inspección de seguridad no provocan una nueva degradación, pero si dejan a nuestro país muy mal parado en el ámbito aéreo internacional.
Las "no conformidades‘’ más importantes tuvieron que ver en lo general con la falta de presupuesto adecuado, falta de personal bien calificado y otros que tienen que ver con los procesos generales de seguridad que vienen de diferentes y variadas áreas.
Alguna vez ya lo habíamos comentado en este mismo espacio y resulta que se ha aprendido poco, porque nuestras autoridades siguen cayendo en el mismo problema cuando se trata de dar cumplimiento a los requisitos que establecen las leyes aeronáuticas y las recomendaciones de OACI que aplican para todos los 193 países miembros.
Falta de presupuesto adecuado y suficiente, personal experto, entrenado y bien pagado y acceso a la nueva tecnología para eficientar todos los procesos.
Por otra parte, hemos sabido que se sigue sin cumplir con la exigencia desde hace años de contar con un departamento de investigación de accidentes independiente y con presupuesto propio, así como con expertos en la investigación de accidentes aéreos .
Tampoco se ha hecho gran cosa para eficientar los procesos de expedición de licencias a personal técnico y la modificación de la antigua infraestructura e instalaciones que realmente dan pena y no corresponden a un país que tiene una aviación importante como el nuestro.
La realidad es que si no se cambian las actitudes y se toma la decisión política real de llevar a cabo los cambios necesarios, nuestra aviación seguirá padeciendo degradaciones y reprobaciones en auditorías e inspecciones futuras .
Todos quienes trabajan hoy en la industria aérea de México en cualquiera de sus áreas están comprometidos y obligados a velar por la seguridad de millones de pasajeros que se transportan por aire cada año y de ahí la importancia de las decisiones en consecuencia.
Esperemos que el futuro cercano nos traiga otros vientos y que nuestra industria aérea, tan atacada y abandonada en los últimos años, pueda salir de la tormenta de una vez por todas.
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