Hace apenas unos días nos enteramos de que un plafón del techo del aeropuerto AIFA de Santa Lucía sobre el área de recibimiento a pasajeros, se desprendió y cayó al suelo. Afortunadamente no había personas en el área y no hubo ningún lesionado.
Como de rayo, personal militar de limpieza se dio a la tarea de recoger los escombros pero no pudo evitar que alguien grabara un video del momento.
La verdad es que no es raro que este tipo de situaciones se presenten ocasionalmente en cualquier parte cuando hay un temblor o una tormenta fuerte o tornados etc.
Esta vez no se registró ningún movimiento de tierra, ni nada parecido, lo que deja al descubierto la posible fragilidad de estos plafones y quizá, una mala calidad en el proceso de instalación. El comunicado oficial por parte de las autoridades del AIFA lamenta lo sucedido pero no hubo una explicación sobre las causas.
Como sabemos, por decreto Presidencial todo lo que tenga que ver con la información financiera y de construcción de este aeropuerto ha sido reservado por 5 años por cuestiones de ‘’Seguridad nacional’’, por lo que los ciudadanos en realidad no podemos tener conocimiento sobre nada que tenga que ver con la manera real en la que se han hecho las cosas.
Hasta donde podemos investigar el aeropuerto Felipe Angeles en sus diferentes áreas de maniobras como rampas, calles de rodaje y pistas cumplen con los principios generales establecidos en el anexo 14 de OACI y a otros más, sin embargo nadie, además de los ingenieros del ejército, sabe en realidad qué tipo de materiales y técnicas, o bajo qué criterio de construcción se llevó a cabo este proyecto y que tan adecuado y seguro puede resultar en el mediano y largo plazo.
A propósito de lo anterior, la OACI llevó a cabo la primera parte de la auditoría en seguridad en AFAC y la noticia, que era algo que muchos tristemente esperábamos, es que se registraron alrededor de 140 ”no conformidades’’ y todavía quedan 16 más pendientes para la segunda parte de la auditoría.
Lo anterior no nos degrada oficialmente, pero a los ojos del mundo nos resta credibilidad y prende los focos amarillos y algunos rojos sobre la manera en que la autoridad aeronáutica hace su trabajo en todas sus areas de nuestra aviación
Aquí la pregunta lógica sería hasta dónde ha podido llegar la OACI en su auditoría si existen tantas cosas reservadas que nadie conoce, no solo en el Felipe Ángeles sino en el Benito Juárez y otros aeropuertos de Mexico.
Bajo el criterio de ‘seguridad nacional’, causa por la cual no sabemos cuales son las verdaderas medidas de seguridad que se tomaron en materiales y construcción, en cualquier momento quizá podríamos estar viendo problemas causados por el proceso de construcción no solo de pistas, calles de rodaje y plataformas sino también en edificios terminales y procesos generales.
Muchos hemos vivido que el aeropuerto Benito Juárez, que es el de mayor tránsito en América Latina, presenta un gran número de problemas que nos hablan de cierto abandono por parte su administración.
Hay que admitir que el Vicealmirante Velazquez Tiscareño, quien es el director general del aeropuerto a cargo de Marina, hace lo que puede con los pocos recursos que le han sido asignados.
El AICM se ve abandonado y con muchos problemas operativos y de infraestructura en todas sus áreas, lo que ha hecho sospechar a muchos expertos que es una estratégica planteada para poder llevar operaciones al AIFA.
Por más que el gobierno parece hacer con sus decisiones precipitadas y sin consenso para que el Benito Juárez sea vea como un aeropuerto inviable, el AICM sigue siendo el de mayor tráfico de personas en Latinoamérica y, a pesar de los pesares, sigue funcionando.
Las decisiones tomadas por el gobierno de México, como el movimiento de las empresas cargueras y la reducción de operaciones por hora, han afectado directamente a las aerolíneas comerciales y a sus pasajeros en una aparente estrategia para tratar de llevar operaciones al AIFA, pero esto no ha funcionado.
Con la misma lógica debió tomarse la decisión de cambiar también al AIFA el Hangar Presidencial, los hangares de Marina, FGR y todos los hangares oficiales que ocupan un importante espacio en el Benito Juárez.
Más de 10 años de estudios de todo tipo y en todas las áreas fueron necesarios para tomar la decisión de construir el cancelado aeropuerto de Texcoco que en su momento hubiera sido un hub internacional de primer nivel y un aeropuerto moderno considerado entre los mejores del mundo y el cual ahora mismo ya estaría funcionando casi al 100%
Incluso ya clausurado, el proyecto del aeropuerto en Texcoco le dio a su Arquitecto principal, el británicon Norman Foster, un premio internacional de arquitectura, así de imponente era el proyecto.
Norman Foster ha sido el arquitecto de importantes aeropuertos, especialmente en China que es donde se encuentran los más avanzados y eficientes del mundo.
De la cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco se aprovecharon aeropuertos como el de Panamá que aceleró de inmediato sus remodelaciones demoradas por algún tiempo y que han convertido al aeropuerto de Tucumen, hoy en día, en el Hub de las Américas.
También el aeropuerto El Dorado de Bogotá en Colombia, que es el segundo lugar en movimiento de pasajeros en Latinoamérica después del Benito Juárez con sus 60 aerolíneas nacionales e internacionales operando, ha sido remodelado y modernizado para aprovechar las grandes ventajas económicas, políticas y sociales a que ha dejado ir Mexico.
Como lo estamos viendo, por ahora el AIFA podría convertirse en un aeropuerto carguero combinado con la base áerea militar más importante del país y, por su parte, el aeropuerto Benito Juárez debió ser remodelado y modernizado mientras, como se ha dicho, el nuevo posible gobierno toma la decisión de recuperar el proyecto Texcoco y continuar con la construcción de un aeropuerto de primer mundo.
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