Nuestro México esta viviendo un verdadero caos político que en estos días y por lo menos por otros seis meses más no tiene miras de apaciguarse ni aunque sea un poco. La industria aérea Nacional, como casi todas las demás, sigue sufriendo las consecuencias de decisiones tomadas unilateralmente por el gobierno federal sin planear, sin proyectar, sin investigar embarcando a nuestras Fuerzas Armadas en situaciones que están demostrando todos los días ser una equivocación y que en algún momento del futuro se les pueden revertir ante tanto fracaso en la mira.
De entrada, Mexicana de Aviación está resultando, hasta hoy, otro rotundo fracaso por cualquier ángulo por donde se le pueda mirar. Ya se ha dicho todo lo necesario al respecto y hoy sigue costando miles de millones de pesos de la cartera de los contribuyentes para mantenerla y sostenerla en el aire con aviones vacíos y sin una verdadera estructura operativa, comercial y financiera.
Por otra parte, a partir de ya se lleva a cabo la reducción paulatina de operaciones en el aeropuerto Benito Juárez de 53 a 42 por hora, lo que resulta no muy comprensible si tomamos en cuenta que en el 2023 este aeropuerto, que es el de mayor ocupación en LatinoAmérica, recibió la friolera de 48 millones de pasajeros con todos los enormes beneficios que esto significa.
Se ha dicho y se sostiene que el impuesto por uso de aeropuerto que pagan esos 48 millones de viajeros sería más que suficiente para invertir en remodelación de instalaciones, ampliación y mantenimiento del aeropuerto Benito Juárez y todas sus áreas de maniobra como pistas, calles de rodaje, plataformas y radio facilidades. Lo anterior podría mantener no solo los 48 millones de viajantes que transitan sino aumentarlos y así incrementar los beneficios, pero tristemente toda esa cantidad de miles de millones de pesos se están desviando a pago de deudas provocadas por la cancelación del proyecto Texcoco.
Para colmo el colmo el gobierno federal ha anunciado la desaparición de FONATUR (Fondo Nacional de Fomento al Turismo). El turismo nacional y extranjero aporta a México alrededor de 2.5 billones de pesos que representa un casi 9% del PIB del país y es en Latinoamérica el que más turistas internacionales recibe.
El FONATUR nace el 28 de enero de 1974 mediante un fideicomiso a cargo del gobierno y quizá la política de eliminación de fideicomisos de este sexenio sea la única razón para estar tomando esta decisión. Cabe resaltar que FONATUR tiene como misión “contribuir a la programación, fomento y desarrollo de la actividad turística y de los recursos turísticos, así como a la promoción del financiamiento de las inversiones privadas y sociales” según lo escrito en la página oficial del gobierno Mexicano.
La desaparición de FONATUR sería un duro golpe al turismo de México que todavía sigue siendo preferido por ciudadanos de todo el mundo y que dejan derrama de muchos millones de dólares cada año. Nuestra industria aérea y nuestra industria turística merecen ser cuidadas y modernizadas como corresponde a un país como México que todavía sigue estando en la preferencia de millones de turistas de todo el mundo. ¿Qué sigue ?
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