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23/11/2024

Que conste… (otra vez)

Francisco M. M… / Miércoles, 1 Marzo 2023 - 22:52

En el universo no hay accidentes y no hay coincidencias. No pasa nada, a menos que alguien quiera que suceda. (William S. Burroughs)

Firmé mi contrato como piloto de Servicios Aéreos Especiales (SAE), aerolínea filial de Aeroméxico, en mayo de 1972 y alcancé mi retiro años después, en 2009.

Fueron 37 años trabajando bajo el querido emblema del Caballero Águila, y 5 más volando en el otro lado del mundo para completar más de cuatro décadas y más de 26 mil horas de vuelo, certificadas en bitácora.

Mis experiencias anteriores me han ayudado a reconocer la importancia que tiene el hecho de reaccionar a tiempo, cuando hablamos de los procesos de la  aviación. 

No recuerdo un solo año, de los que ejercí la profesión en las diferentes versiones de Aeroméxico, en las  que nuestra Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) no tuviera la necesidad de enfrentar la batalla, no solo por mantener condiciones laborales firmadas en contratos colectivos de los pilotos, sino al menos por no perderlas. 

Difícil recordar algún año en que las administraciones de la empresa no solicitaran a los pilotos todo tipo de facilidades y firmas de convenios especiales, alegando situaciones operativas y financieras delicadas.

Aeroméxico, al igual que todas las  aerolíneas, han debido enfrentar diversas  crisis a lo largo de los años y, algunas de ellas, tristemente no han sobrevivido.

Desde siempre, aún en tiempos de problemas mayores, las administraciones han  contado con el apoyo sindical y el trabajo profesional de sus diferentes plantas de pilotos.

En la última crisis de pandemia, la situación fue tan grave que, hace apenas unos meses, llevó a Aeroméxico a protegerse de una posible quiebra bajo el capitulo 11 de la ley en Estados Unidos.

Hablando de ASPA, nuevamente sus pilotos han apoyado a la empresa a salir de una posible quiebra pospandemia, sacrificando sueldos, prestaciones y toda clase de cláusulas contractuales.

Para salir de esta nueva crisis, la administración pidió un sacrificio enorme a todos sus trabajadores y todos, de nuevo, respondieron al llamado, firmando convenios y facilidades laborales para ayudar en todo lo posible a lidiar con el problema.

Todos los convenios tienen fecha de vencimiento.

En el caso de los pilotos, será en el próximo 2024 cuando la administración de Aeroméxico estará obligada -al haberlo firmado- a regresar los salarios y prestaciones, suspendidos debido a la crisis por pandemia y condicionado por una juez norteamericana durante el evento del Cap 11.

Las aerolíneas de todo el mundo han iniciado su recuperación operativa y económica, y las empresas mexicanas, como la del Caballero Águila, también están alcanzando esa recuperación, pero aún así, en la actualidad, la administración sigue “apretando la tuerca”.

Por ahora, Aeroméxico tiene a sus tripulaciones trabajando jornadas maximas y descansos mínimos, que están encendiendo alarmas debido a los altos niveles de estrés, cansancio y aún de fatiga que, en algunos, ha sido la causa de graves enfermedades, incluidas las cardíacas en algunos de sus pilotos.

Los pilotos de Aeroméxico, Volaris y Viva, son entrenados a los más altos niveles internacionales y, hasta hoy, los altos índices de seguridad operativa en rutas nacionales, continentales y transcontinentales son  gracias al profesionalismo y trabajo comprometido de todos ellos.

Cada día, las tripulaciones deben enfrentar todo tipo de condiciones y clases de aeropuertos alrededor del mundo.

Tormentas, nieblas, nevadas, vientos fuertes, despegues y aterrizajes en aeropuertos complicados, vuelos nocturnos, áreas de turbulencia  y cambios constantes de usos horarios, entre otros, al mando de costosas aeronaves, con cientos de pasajeros bajo su cuidado y responsabilidad.

Lo menos que un piloto o un sobrecargo desea y merece después de una jornada, que se puede extender por 15  horas o más, trabajando en todo tipo de condiciones, es un tiempo adecuado de  descanso y obtener la remuneración contratada, sin vueltas ni pretextos por el  trabajo que realizan.

Los pilotos son un gran activo para cualquier línea aérea, después de todo son los que tienen la mano en la manivela de la máquina de hacer billetes, y en la llave del combustible.

Los administradores ya deberían haberlo comprendido, después de tantos años de relación laboral.

Tener pilotos fatigados puede traer graves consecuencias, que pueden afectar la seguridad, especialmente si recordamos que el 90 % de los incidentes y accidentes aéreos son debido a factores humanos.

Un piloto no puede fallar, debe ser acertivo siempre y, generalmente, tiene muy poco tiempo de reacción, así es que necesita trabajar con sus cinco sentidos.
Es mandatorio que las tripulaciones de vuelo estén descansadas y alertas, dentro de un ambiente de trabajo cordial, y esa también es una responsabilidad de los altos ejecutivos, que no pueden estar siempre apuntándose en los pies con un cañón antiaéreo, regateando condiciones laborales y salarios a sus pilotos.

No es un secreto que no pocos de esos altos ejecutivos de la industria aérea mundial ven la aviación comercial desde sus vistosas oficinas, en un décimo piso, y grandes escritorios o desde los campos de golf y restaurantes de lujo, disfrutando de los salarios y bonos más altos de la industria, en dólares norteamericanos… ¡Bien por ellos y bien ganado!

Por lo mismo, no puden escatimar al menos lo ya contratado con sus trabajadores, mucho menos cuando de alguna manera se está jugando con la seguridad de vidas humanas, que todos los días se transportan por aire. 

Desde aquí, un modesto y respetuoso llamado a ejecutivos y pilotos para que, de manera urgente, logren acuerdos que garanticen operaciones seguras y una operación eficiente.

Quienes hemos vivido la profesión en muchas partes del mundo, y que nos ha tocado ver de todo, sabemos bien lo que puede causar la complacencia técnica o la administrativa.

Insisto, los accidentes aéreos no son casualidad, y el estrés, el cansancio y la fatiga en aquellos que están a los controles, puede tener graves consecuencias.

Todos tienen la gran responsabilidad de evitarlas, porque hablamos de vidas humanas.

Que conste…

“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

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