La base aérea militar de Santa Lucía es un punto neurálgico y estratégico de la operación de la Fuerza Aérea Mexicana.
Desde ese punto, la Fuerza Aérea apoya al ejército y las fuerzas que salen del campo militar número uno, para desplazarse por aire y rápidamente a todo el país cuando es necesario, para realizar todo tipo de operaciones, no sólo militares, sino de ayuda a la población civil en casos de desastre.
A lo largo del país existen otras bases aéreas que se encuentran coordinadas con la de Santa Lucia para poder lograr una administración operativa y militar estratégica en los casos que así lo requieren para mantener y preservar en todo momento nuestro espacio aéreo.
Una base aérea militar debe contar con las instalaciones necesarias para la operación de todo tipo de aeronaves militares, así como el requerido para el almacenamiento y control de sus armas, además de las instalaciones adecuadas para albergar pilotos, mecánicos y personal administrativo y a sus familias, lo que obliga también a contar con instalaciones sanitarias, escuelas, comercios, transporte, vías de acceso, etc.
La base aérea militar de Santa Lucía se ha convertido en lo que el año próximo será un aeropuerto también civil, que pretende ser de nivel internacional y que será operado y administrado por la Secretaría de la Defensa Nacional, de acuerdo con la concesión por 50 años que el gobierno mexicano le ha otorgado.
El Felipe Ángeles no es el primer caso ni el único aeropuerto híbrido militar/civil en el mundo, pero sí será el más grande y el que mayores desafíos presenta por variadas razones.
Hay que decir que los aeropuertos híbridos civiles y militares en otras partes del mundo son pequeños aeródromos compartidos bajo normas de OACI.
Existen muchas preguntas alrededor de este proyecto de Santa Lucía que ya lleva un 75% de adelanto en su construcción y que seguramente será inaugurado sin importar el estado de avance que tenga el 21 de marzo del año entrante.
No hay información sobre el tipo de calificación de este aeropuerto que, para ser internacional, tendrá que obtener el grado 4E de OACI para recibir aeronaves tan grandes como el B777-300 y por otra parte sería necesario el grado 4F para recibir aviones de mayor peso, como el A380, lo que implica calificación máxima para el equipo de rescate y extinción de incendios, que deberá ser suficiente, de alta tecnología y con personal bien entrenado.
No tenemos información sobre las certificaciones de acuerdo al anexo 14 de OACI, que son de observancia mundial para los 195 países miembros y garantiza características generales basadas en procesos de seguridad establecidos en sus 10 capítulos, 6 apéndices y 2 adjuntos.
Estos se refieren a generalidades, datos sobre aeropuertos, características físicas de la construcción de plataformas de estacionamiento y pistas, restricción y eliminación de obstáculos, ayudas visuales, radio ayudas para la navegación, movimiento de personal y vehículos en área de maniobras, comunicaciones, sistemas eléctricos, mantenimiento y zonas de uso restringido especialmente tomando en cuenta que será un aeropuerto civil-militar.
El aeropuerto deberá contar con infraestructura, equipamiento y servicios con sus respectivos sistemas de respaldo para garantizar seguridad y continuidad operativa en los dos tipos de operación, civil y militar.
Ojalá pronto tengamos información sobre quiénes serán los encargados de la seguridad general del aeropuerto, sus alrededores y sus áreas de maniobras y también quiénes serán encargados del recinto aduanal, o de migración.
Llegar como turista a un aeropuerto internacional y ser recibido por personal militar no es un buen signo de bienvenida que digamos.
¿Quiénes serán asignados como personal de rescate y extinción de incendios o habrá un equipo civil y otro militar?
¿Cuáles serán los protocolos de control de tráfico aéreo?
¿Se operará con dos torres de control, una para operaciones militares y otra civil?
¿Cómo será la coordinación entre ambas torres de control entre ellas y con la torre de control del Benito Juárez?
¿Cómo será el sistema de suministro de combustible para aeronaves y sus sistemas de emergencia, protocolos de seguridad y respectivos respaldos y qué personal lo va a distribuir?
En fin, hay cientos de preguntas que muchos ciudadanos que hemos trabajado en la industria aérea nos hacemos todos los días, pero la pregunta más importante es ¿hasta dónde llegará el papel de administración general y operativa del aeropuerto Felipe Ángeles por parte de la Secretaria de la Defensa Nacional?
Pues por lo que se ve, la Defensa Nacional tomará el 100% de la administración general y operativa con base a esa concesión que se le ha otorgado y ellos habrán de tomar las decisiones finales.
Es fácil, comprender que la administración general y la operación de un aeropuerto militar es muy diferente a la que requiere uno civil y otra pregunta que sólo responderá el tiempo es si nuestros militares están preparados y tienen la experiencia necesaria, tomando en cuenta que no han sido formados ni entrenados para operar un aeropuerto civil de nivel internacional y mucho menos para uno híbrido y con necesidad de coordinación con otros aeropuertos y que contempla operaciones sumamente complicadas en todos sentidos.
¿Podríamos imaginar a un civil administrando un aeropuerto militar?
Guardando proporciones y restricciones lógicas, de alguna manera sería el mismo caso porque este civil por muy bien entrenado que pueda estar, no conoce los procesos y protocolos requeridos para manejar y administrar un aeropuerto militar.
Al final, también habrá que ver que aerolíneas y con qué tipo de aviones y en qué rutas serán los primeros en operar Santa Lucía bajo nuevas reglas administrativas y de operación por parte de los militares mexicanos.
Las aerolíneas mexicanas tienes sus dudas y esto incluye a nuestra línea aérea bandera Aeroméxico, que ya dejó claro que solo va a operar desde el Benito Juárez y lo mismo se ve venir con otras aerolíneas internacionales como Air Canada.
A todo esto esperamos las certificaciones tanto de AFAC, la que por razones obvias es casi un hecho, pero falta ver qué dicen OACI, FAA y EASA entre otras
También habrá que esperar las reacciones de las, hasta hoy, 23 empresas aéreas que operan en el Benito Juárez, que en estos días más que nunca buscan abatir costos de operación y que buscan conveniencia operativa.
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