“La mejor manera de predecir el futuro es creándolo” - Peter Drucker
Aún en medio de la mayor crisis sanitaria y económica de la historia, los grandes fabricantes de aviones siguen buscando la manera de fabricar aviones y venderlos.
A pesar de los graves problemas en el área de fabricación de aviones comerciales, las pérdidas por más de 27 mil millones de dólares más el costo de las indemnizaciones a líneas aéreas de todo el mundo, la gigante Boeing no se deja caer y sigue produciendo avione, haciendo planes e innovando de cara al futuro y eso incluye sus áreas militar y aeroespacial.
Por ahora se están llevando a cabo todos los esfuerzos necesarios para que el 737 MAX regrese a volar comercialmente, después de su certificación definitiva por parte de FAA, la cual se ha programado para los últimos días de junio, habiendo acumulado más de 1000 horas de simulador y otras tantas de vuelo para probar el nuevo software instalado para la operación segura de su sistema limitador de nariz arriba (MCAS).
En esas sesiones de simulador y vuelo participaron pilotos de aerolíneas de todo el mundo, incluyendo jefes de pilotos, de adiestramiento, de operaciones, de seguridad aérea, entre otros, quienes han volado con los pilotos de abiding y con representantes de FAA.
Hoy existen alrededor de 400 aviones 737 MAX que pertenecen a 47 aerolíneas y que están parados en todo el mundo por órdenes de FAA como consecuencia de los dos accidentes que costaron 349 vidas en el 2019.
SI bien es cierto que algunas aerolíneas cancelaron sus pedidos por este modelo, también es verdad que muchas otras han mantenido sus posiciones de compra en espera del paso de la crisis que hoy vivimos y de la certificación del avión. Tan es así que Boeing ha reiniciado la línea de producción del 737 MAX aunque a menor ritmo y de los 53 que salían de la fábrica de Renton cada mes ahora estarán saliendo 25 para cumplir con las más de 2 mil aeronaves que todavía están bajo pedidos en firme a pesar de la crisis actual.
Por otra parte, Boeing ha tomado la decisión de mantener la línea de producción del B767, para continuar la fabricación de este avión en su versión militar como avión cisterna pero también en su nueva versión comercial con motores eficientes de última generación y una cabina de mando de alta tecnología igual a la que hoy tiene el 787 Dreamliner.
El nuevo B767 comercial ha sido designado por ahora como B767X pero no se descarta la posibilidad de designarlo como MAX.
También se está llevando adelante el plan para la fabricación del B757 pero en su versión Plus para pasajeros y carga, también renovado y equipado con los motores más eficientes y la más alta tecnología en sistemas.
Sabemos que nuestra línea bandera Aeroméxico mantiene sus planes de deshacerse de 12 aviones, pero por otra parte tiene 6 aviones 737 MAX estacionados en México, dos aviones estacionados en le aeropuerto municipal de Renton, dos más en el Centro de entrega de Boeing y cuatro más estacionados en el aeropuerto Municipal de Moses Lake, lo que hace un total de 14 aeronaves MAX, más un Dreamliner pendiente para este mismo año, todos nuevos y listos para operar en cuanto la situación lo permita.
Aeroméxico se ha mantenido leal a Boeing, a pesar de los problemas causados por la puesta en tierra de sus modelos MAX, y sería de esperarse que mantenga su posición por pedidos adicionales en el futuro, como está previsto para continuar en el mediano plazo con sus planes de renovación de flota que incluye la de su filial Connect, dependiendo todo del desarrollo de la crisis sanitaria y de que la gente turista y de negocios regrese a volar.
Faltan muchos problemas por resolver pero la imaginación, la experiencia y la inteligencia en la aplicación de estrategias comerciales, laborales, de ahorro, de reprogramación de rutas y destinos serán la base para que no solo Aeroméxico, sino todas las líneas aéreas mexicanas logren pasar esta crisis y continuar con su desarrollo.
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