“La seguridad no es sólo una palabra o un lema sino toda una forma de vida. Al final, los pilotos somos la última línea de defensa en la gran cadena que sirve para prevenir los accidentes aéreos” - F. McGregor.
Imposible dejar de abordar el tema referente al 737 MAX y todos los enormes problemas que han traído la industria aérea mundial los accidentes del Lion Air y Etiophian en menos de cinco meses y que han dejado más de 300 fallecidos y pérdidas económicas multimillonarias.
Las grabadoras de vuelo y de voz de los aviones ya han sido analizadas por los expertos y muy pronto se tendrá la transcripción oficial para hacerla pública.
Aunque todavía no hay un dictamen oficial sobre las causas probables de los accidentes, es prácticamente un hecho que alguna falla en mecanismo o en el software del nuevo sistema MCAS ( Maneuvering Characteristics Augmentation System) mismo que -es necesario decir- cumplió satisfactoriamente con la parte 25 del programa de certificación de la Administración Federal de Aviación (FAA), puede ser una de las probables causas de ambos accidentes.
El actual presidente de Boeing, Dennis Muilenburg y su equipo están trabajando a marchas forzadas en la revisión total de todos los componentes y también para lograr un nuevo software que corrija los problemas del sistema. En la compañía esperan que todo se encuentre listo para una recertificación en el próximo mes de abril, para ser instalado en todos los 737 MAX que hoy se encuentran en tierra y en los que saldrán de la fábrica de Renton (Washington) en el futuro.
Por ahora, ni la línea de producción se ha detenido ni los vuelos de prueba se han cancelado, por lo que el programa sigue adelante y a pesar de que los aviones han sido puestos en tierra y muchas aerolíneas han resultado afectadas. Eso sí, la mayoría de éstas, siguen dejando clara su confianza en el avión más productivo y vendido en la historia de la aviación comercial.
Llama especialmente la atención que las aerolíneas de China, las cuales cuentan con varios aviones MAX, fueron las primeras en poner en tierra las aeronaves de este modelo. En principio, me parece, que lo hicieron debido a la tardía y tímida reacción de Boeing y a otras dos situaciones que nos hacen pensar y que no podemos pasar por alto.
La primera que ya manejan los medios internacionales es de tipo político y tiene que ver con la guerra comercial que el presidente Trump ha declarado al gobierno chino, por lo que este asunto del MAX le da a ese gobierno grandes ventajas para seguir negociando a su favor con el gobierno de EU .
La segunda que también manejan los medios especializados tiene que ver con la entrada al servicio en el año 2021 de la nueva aeronave de origen chino, por parte de la empresa COMAC (Chinese Aerospace Manufacturer), el C919. Este modelo ahora se encuentra en periodo de pruebas y es un avión birreactor de un solo pasillo para 160 pasajeros y con una autonomía de poco más de cinco mil kilómetros. Este programa de producción ha tenido un presupuesto de casi diez billones de dólares, por lo que la puesta en tierra del MAX bien puede ofrecer a COMAC grandes ventajas para introducir esta nueva aeronave en sus aerolíneas que habían optado por el MAX.
Sobre los dos accidentes del MAX hay muchas más preguntas que respuestas y valdría la pena saber, por ejemplo, si la fábrica puso en blanco y negro en los manuales de vuelo del avión o en boletines especiales la descripción del sistema y la solución a sus posibles fallas, tal y como se hace con cada sistema del avión, habría que saber si las aerolíneas recibieron esa información y desde luego saber si éstas informaron y entrenaron a sus pilotos.
Por cierto, se han hecho vuelos en simuladores programando la situación anormal de nariz abajo con pérdida de control y se ha probado que, desactivando solo dos interruptores de freno de los estabilizadores, el problema queda resuelto y el piloto retoma el mando sobre los controles del avión. La pregunta aquí es: ¿los pilotos de Lion Air y de Ethiopian lo sabían?
Estoy convencido de que en unos meses el asunto quedará totalmente resuelto y el 737 MAX estará volando de nuevo como el confiable y excelente avión que es, aunque Boeing deberá trabajar muy duro para reparar el daño económico que está sufriendo y sobre todo el daño a su imagen.
No es la primera vez que un fabricante de aviones se enfrenta a un problema de este tipo y sólo por recordar algunos casos, están los de la compañía DeHavilland con su Cometa, la McDonnell Douglas con sus DC-10 y Airbus con sus A320.
Vendrán muchas recomendaciones que se van a desprender de la investigación de estos accidentes, y seguramente se van a repartir muchas culpas y habrá que pagar por ellas, pero al final lo verdaderamente importante es hacer lo que sea necesario para que no se repitan estos accidentes y reconocer sus causas para que se pueda garantizar la seguridad de los seres humanos que se transportan en cualquier tipo y marca de aeronaves comerciales.
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