En el contexto internacional actual, y por diversas razones de índole económica, hoy México está considerado como la 16ª potencia mundial, entre 193 países. De acuerdo con cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), en 1980 México ocupó el 11º lugar: No obstante, la incesante corrupción, las recurrentes crisis económicas y ahora la pandemia, han desacelerado la economía y el país continúa perdiendo competitividad a nivel global, con brechas notorias en salud, energía limpia y conectividad, según el Índice de Competitividad Internacional 2021 (ICI) del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Ante realidades inexorables -como ésta que nos aqueja- es imperativo generar las condiciones necesarias para mejorar el desempeño del aparato productivo nacional, con el concurso de los sectores público, privado, academia y sociedad civil organizada (cuádruple hélice). Es justo en este escenario donde el gobierno debe identificar y adoptar nuevos paradigmas para el desarrollo nacional. Como ejemplo, existen varios países en el mundo que han logrado corregir el rumbo exitosamente (China, India, Corea del Sur, entre otros) y algunos de ellos han apostado al desarrollo científico tecnológico como un pilar fundamental de sus planes de desarrollo. Por ello, en el momento actual, es pertinente voltear hacia el sector espacial, que crece a dos dígitos a nivel global, e invertir en éste para impulsar la reactivación sostenible del aparato productivo nacional. Lo que permitiría la creación de infraestructura espacial y terrestre, para detonar un ecosistema espacial nacional en el largo plazo.
México cuenta con un gran activo, el talento nacional, cuya capacidad es desperdiciada por falta de inversión en desarrollo científico, tecnológico e innovación, que permita generar las condiciones para que el aparato productivo nacional absorba el talento y creatividad locales, alcanzar una mayor productividad y competitividad, atraer inversión local y extranjera, para generar bienestar social y reducir las desigualdades en la población. Una estrategia adecuada en el sector espacial permitiría al país transformar su aparato productivo, hacerlo más competitivo y repatriar a muchos de los talentos mexicanos en el exterior.
A pesar de que México cuenta con una larga historia en la actividad espacial, la Agencia Espacial Mexicana (AEM) apenas tiene 12 años de existencia y lamentablemente no cuenta con los recursos para impulsar este desarrollo. Por ello, es imperioso que México cuente con un Sistema Nacional de Innovación Espacial (SNIE), que sea el eje rector del desarrollo espacial del país y una Ley Nacional de Desarrollo Espacial (LNDE), que dé certeza jurídica a los inversionistas nacionales y extranjeros, además de regular toda la actividad espacial en cualquiera de sus modalidades. La buena noticia es que en la Fundación Acercándote al Universo (FAU) ya estamos trabajando en ello, en conjunto con otros equipos.
En este momento, independientemente de las propuestas realizadas previamente, la hoja de ruta comprende: 1. Lograr elevar a rango constitucional las actividades espaciales a través de la iniciativa de reforma a los artículos 28 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo que daría importancia al estratégico sector espacial como prioritario para el desarrollo nacional. Lamentablemente, a pesar de tener apoyo en la Cámara de Diputados, en el momento actual, éste no es un asunto de primer orden en la agenda legislativa nacional, menos aún cuando el interés está dirigido a las designaciones de candidatos para la elección presidencial de 2024. 2. Una vez aprobándose la reforma constitucional, el siguiente paso es generar la ley secundaria que norme la actividad espacial en México (LNDE). 3. En forma simultánea el SNIE deberá articular a todos los actores concernidos en gobierno, industria, academia (universidades y centros de investigación e innovación) y sociedad civil, así como implementar estrategias de acción en el corto, mediano y largo plazo, con tiempos específicos que permitirán impulsar programas y proyectos de amplio alcance e impacto positivo para el desarrollo nacional.
El SNIE debe articular una red nacional con las entidades existentes a nivel federal, estatal y municipal (cuádruple hélice) en el aparato productivo nacional, que participan directamente en la creación, difusión y uso del conocimiento científico y la tecnología espacial, así como a las instituciones u organizaciones federales responsables de la coordinación y apoyo a la innovación y desarrollo espacial. Una estrategia acertada en esa dirección permitiría avanzar en nuestros actuales niveles de productividad y competitividad y, en el largo plazo, reducir la dependencia tecnológica, así como retener y repatriar talento especializado para detonar el desarrollo del sector espacial en México.
El SNIE debe contar con identidad propia dentro de la actividad industrial y constituirse en una plataforma consolidada de proyectos de investigación en nano satélites, satélites de observación de la Tierra, lanzaderas, estaciones terrenas, software para sector espacial, telecomunicaciones vía satélite, monitoreo y gestión de recursos naturales, entre otros proyectos científicos y tecnológicos vinculadas a la actividad espacial. El gran reto es institucionalizar el apoyo -en todos los sentidos- para el SNIE, el diseño e implementación de políticas públicas selectivas enfocadas en la innovación como recurso primario para el progreso y bienestar de la sociedad de manera sostenible.
La ciencia y tecnología espacial han demostrado sus amplias contribuciones y beneficios para una vida mejor de toda la humanidad en el planeta. Por ello es de suma importancia el análisis y diseño de políticas públicas y estrategias acertadas a nivel nacional, enfocadas en el desarrollo espacial de México, que permitan el aprovechamiento de la ciencia y tecnología espacial para alcanzar un mejor nivel de competitividad y lograr el viejo anhelo de que nuestro país ingrese al top 10 de las potencias económicas, así como llevar a México al espacio como un actor importante en la nueva carrera espacial y el New Space.
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