Si bien la sensación de mareo que puede llegar a presentarse en pasajeros de aeronaves de líneas comerciales no es tan frecuente como la presentada en embarcaciones marítimas, en algunas personas susceptibles puede llegar a presentarse esta anomalía durante el vuelo, la cual puede ir desde casos leves hasta verdaderos incidentes médicos en vuelo que pudieran condicionar el desvío de una aeronave para recibir atención médica.
La cinetosis (mareo por movimiento) se puede dar como consecuencia de la exposición a movimiento en el mar, en viajes en vehículos automotor, vuelo atmosférico, exposición a ingravidez, entrenamiento en simuladores o incluso al exponernos a imágenes de realidad virtual. El hecho de que los síntomas puedan aparecer en individuos sanos sin lesiones orgánicas de ningún tipo permite definir el proceso como un síndrome de mala adaptación al movimiento. Su sintomatología puede ir desde apatía, sensación de malestar general, palidez, sudoración fría, mareo, cefalea, aumento de secreción de glándulas salivales, eructos, flatulencia, postración, náusea y vómito con deshidratación. En aviación, la incidencia puede ser muy variable desde el 1% en la aviación comercial hasta el 95% en vuelos de exploración metereológica y tormentas. En aviación militar es más frecuente durante el periodo de entrenamiento, llegando hasta un 40% y en un 15 a 18% aparecen síntomas suficientemente intensos como para interferir gravemente con el correcto control de la aeronave.
Los pasajeros de aviación comercial pueden disminuir la posibilidad de sufrir este fenómeno siguiendo las siguientes recomendaciones:
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Elegir cuidadosamente el asiento del avión: es recomendable sentarse en los asientos más cercanos al frente del avión o bien en los que están situados directamente sobre las alas, dado que presentan mayor estabilidad que los que se encuentran hasta el fondo. De este modo puede reducirse el movimiento del cuerpo durante los vuelos.
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Focalizarse en el horizonte: mirar un punto fijo en la distancia ayuda al cerebro a estabilizar el equilibrio, por lo que lo mejor es asegurarse un asiento al lado de la ventana.
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Una medida adicional por curiosa que parezca es mirar una película durante el vuelo o mirar el celular (en modo avión) sin utilizar juegos de video que pueden enviar información confusa de falso movimiento al sistema nervioso central o bien leer una revista para mantener relativamente fija la mirada en un punto focal relativamente estable.
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Hidratación y alimentos: 48 horas de tomar el vuelo es conveniente comenzar a prestarle atención a las comidas y bebidas que se consumen, con el propósito de reducir la ingesta de grasas y alimentos muy condimentados. De igual modo, se deben evitar las bebidas con alcohol y cafeína. A bordo del avión deben tomarse pequeños sorbos de agua de manera regular, jugos o bebidas tales como agua tónica y no deberán tomarse bebidas energéticas con con o sin alcohol. Inmediatamente antes de abordar se desaconseja comer, aunque tampoco es bueno viajar con el estómago vacío.
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Control de la respiración: para reducir los síntomas es necesario respirar lenta y profundamente. Esto activa el sistema nervioso parasimpático, encargado de controlar las funciones y actos involuntarios durante la relajación. Ser consciente del ritmo de la respiración es de utilidad además sirve para controlar la ansiedad y relajarse con mayor facilidad.
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Vestimenta: es recomendable usar ropa cómoda y holgada, evitando especialmente las prendas ajustadas como corbatas alrededor del cuello o de la cintura con cinturones muy apretados que bloqueen la circulación y compliquen la ventilación pulmonar.
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