La Administración de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (TSA) informó que durante el primer semestre de 2023 decomisó alrededor de 3,251 armas de fuego en los puntos de control de seguridad de los aeropuertos.
Es decir, un total de 18 armas de fuego en promedio al día fueron incautadas en los puntos de control de la TSA, de las cuales más del 92% estaban cargadas.
Esto supone un aumento con respecto al primer semestre de 2022, cuando los agentes de seguridad del transporte (TSO) retuvieron 3,053 armas de fuego, de las cuales más del 86% estaban cargadas.
Para los cinco primeros días de julio, los TSO de todo el país interceptaron 90 armas de fuego adicionales, lo que eleva el total hasta el 5 de julio a 3,341.
Para el cierre del presente año, por un aumento de pasajeros respecto a 2022, se espera que supere el récord anual de 6,542 interceptaciones.
La dependencia federal insistió en que los pasajeros que deseen viajar con un arma de fuego deben asegurarse de estar debidamente empaquetada en el equipaje facturado y declarada en el mostrador de la aerolínea.
Añadió que las aerolíneas pueden tener requisitos adicionales para viajar con armas de fuego y munición, por lo que los viajeros deben ponerse en contacto con su línea aérea para conocer las políticas de transporte antes de llegar al aeropuerto.
“Cualquiera que viaje con un arma de fuego debe seguir las normas y empaquetarla adecuadamente en el equipaje facturado, además de declararla a la aerolínea. Los pasajeros que llevan un arma de fuego suponen un riesgo para la seguridad, y hacerlo tiene consecuencias”, comentó David Pekoske, administrador de la TSA.
De esta forma, la TSA puede imponer sanciones civiles de hasta 14,950 dólares, además de que se eliminará su elegibilidad para TSA PreCheck durante cinco años e incluso se podrá exigir un control reforzado.
Algunos pasajeros serán arrestados o citados, dependiendo de las leyes locales sobre armas de fuego.
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