Debido a la presencia de ceniza volcánica provocada por la erupción del Monte Etna, numerosos vuelos del aeropuerto de Catania-Fontanarossa (CTA) en Sicilia, Italia, fueron cancelados o retrasados.
La erupción provocó la cancelación de 68 vuelos nacionales e internacionales; en concreto, 44 salidas canceladas: 27 de Ryanair, siete de ITA Airways y seis de easyJet; además, se cancelaron 24 arribos.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia (INGV), que monitorea de cerca el Etna con instrumentación en las laderas, notó que la capa de nubes en un día lluvioso impedía ver la erupción, que a menudo ofrece una exhibición de lava en llamas durante las expulsiones poco frecuentes del coloso.
El instituto informó que cayó ceniza sobre Catania y en al menos una ciudad en las laderas habitadas del monte Etna, sin que se reportaran heridos.
Para mitigar los inconvenientes causados por la erupción, las aerolíneas ofrecieron opciones de reprogramación y, cuando se requería, asistencia en el alojamiento.
Situado a solo 18 kilómetros del volcán más activo de Europa, el aeropuerto de Catania es importante en la conexión de Sicilia con el resto de Italia y Europa; a partir de 2022, el aeródromo atendió a más de 10 millones de pasajeros.
El día de la erupción, estaba previsto que fuera el sexto aeropuerto más transitado de Italia, con 253 vuelos programados de salidas y llegadas.
Las condiciones climáticas limitaron la visibilidad de la erupción, pero según los medios locales, se escucharon fuertes estruendos en la región.
En la tarde del 22 de mayo, la actividad volcánica en el monte Etna comenzó a disminuir, lo que permitió a las autoridades reabrir el aeropuerto de Catania.
Sin embargo, los vuelos se reanudaron con cautela, siendo la máxima prioridad el seguimiento y la evaluación continuos de la situación.
El aeropuerto indicó que todavía podría haber limitaciones iniciales y retrasos en los horarios programados.
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