La Universidad de Cambridge presentó cuatro nuevos objetivos de la aviación sostenible que podrían ayudar a garantizar que el sector de la aviación logre emisiones netas cero para 2050.
En su informe "Cinco años para trazar un nuevo futuro para la aviación" establece cuatro objetivos fundamentales de aviación sostenible para 2030, cada uno de ellos dirigido a puntos de influencia clave dentro del sector.
La hoja de ruta fue desarrollada por el Acelerador de Impacto de la Aviación (AIA) en colaboración con la Universidad de Cambridge.
La industria de la aviación contribuye actualmente con aproximadamente 2.5% de las emisiones globales de CO2, y cuando se incluyen los efectos no relacionados con el CO2, su contribución al calentamiento climático aumenta a aproximadamente el 4%.
A pesar de las ambiciosas promesas de los gobiernos y la industria de lograr un sector de la aviación con emisiones netas cero para 2050, el sector sigue “peligrosamente desviado del camino”, señaló el informe que se publicó el 23 de septiembre de 2024.
“La aviación se encuentra en un momento crucial, al igual que la industria automotriz a fines de la década de 2000”, dijo el profesor Rob Miller, director del Laboratorio Whittle y uno de los autores del informe.
“En aquel entonces, las discusiones se centraban en los biocombustibles como reemplazo de la gasolina y el diésel, hasta que Tesla revolucionó el futuro con vehículos eléctricos”, señaló.
El sector de la aviación puede lograr emisiones netas cero para 2030 si tanto la industria como los gobiernos cumplen cuatro objetivos clave, según el informe.
Según el informe, el objetivo principal es eliminar las estelas de condensación creadas por los aviones, lo que podría “reducir el impacto climático de la aviación hasta en un 40%”. Para lograrlo, se crearán varios laboratorios vivientes a gran escala en 2025 para implementar un sistema global para evitar dichas estelas.
Los investigadores de Cambridge también sugieren realizar mejoras de eficiencia, como impulsar la producción de aeronaves para reducir la edad promedio de la flota, reducir las velocidades de vuelo en aproximadamente 15% y extender los tiempos de vuelo transatlántico en aproximadamente 50 minutos. El objetivo es que más aeronaves operen cerca de su rango de diseño.
El tercer objetivo es cambiar las políticas de combustible de aviación sostenible (SAF) para “tener en cuenta los límites globales de biomasa en todos los sectores al tiempo que se impulsa la producción de electricidad renovable”.
Esto proporcionaría al mercado la seguridad necesaria para aumentar rápidamente la producción de SAF y garantizar su sostenibilidad.
El objetivo final es poner en marcha varios programas de demostración de tecnologías de alto impacto. Un ejemplo son los aviones propulsados por hidrógeno para largas distancias.
El combustible de hidrógeno es ligero, incluso teniendo en cuenta el peso de los tanques, lo que lo hace beneficioso para los vuelos largos. El uso de hidrógeno eliminaría las emisiones de CO2 de los viajes aéreos.
El informe advirtió que si estos objetivos "no se implementan y se logran para 2030, la oportunidad de transformación se esfumará, dejando al mundo a la espera de los crecientes impactos climáticos del sector de la aviación, que se prevé que se duplicarán al menos para 2050".
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